Luis Gulman Checa
Recientemente se re inauguró la reconstruida Gran Unidad Escolar “Alfonso Ugarte” en San Isidro, Lima, con realización de Consejo de Ministros en sus ambientes para realzar la importancia del acto. Días después, con menos “bombo”, corrió igual suerte la GUE “Juana Alarco de Dammert”, en el distrito limeño de Miraflores. En el citado Consejo, el Presidente de la República anunció que serían igualmente modernizados otros veinte centros educativos similares en la ciudad de Lima, lo que debería hacernos reflexionar sobre un tema reiterado por quien escribe: para los gobernantes modernos, sean del jaez que fuere, sólo existe Lima, importándoles muy poco el resto del país.
Ambos centros educativos pertenecen a las decenas construidos a lo largo y ancho del país - incluido nuestro departamento - durante el gobierno encabezado por Manuel Odría (octubre 48 - Julio 56), por lo que, con más de medio siglo sirviendo a la comunidad, aunado a ello la maldita lacra nacional de no asignar recursos presupuestales para realizar imprescindibles tareas de mantenimiento, como podemos constatar por el calamitoso estado que presenta la infraestructura de la piurana y señera GUE “San Miguel”; resulta evidente que no sólo las limeñas, sino todas las grandes unidades escolares del país, requieren el mismo trato e inversión dispensado a las capitalinas.
No lo aseguraría porque no me consta, pero la nuestra debe una de las que se encuentra en peores condiciones a nivel país, y, si así no fuera, como piurano y ex alumno digo que me avergüenza profundamente su calamitoso estado actual, generado por la incuria y falta de interés de los responsables desde mucho tiempo atrás. Por ello debe preocupar la ineficacia de nuestras autoridades, sin olvidar a los congresistas, las cuales, lejos de fajarse con todas las armas y medios a su alcance en defensa de la región y ciudadanía a las que se deben, pública y desvergonzadamente se abocan a defender causas personales y/o político partidarias ajenas a nosotros.
Para ilustración de nuestras autoridades tan dadas a mencionar “sus Obras”, circunscritas mayoritariamente al campo del fierro, cemento y asfalto, es oportuno recordarles que una de las acepciones de Obra es la siguiente: “todo producto del entendimiento”. Así pues, si se asumiera la hercúlea tarea de revertir el calamitoso estado de la educación pública, la que, fatalmente para los cánones imperantes no conlleva inauguraciones ni debelamiento de placas, razón fundamental por la que no es atractiva; se estaría ejecutando una monumental y trascendente Obra que rendiría inimaginables frutos futuros para nuestra región y el país en general.
Pero, entonces, se preguntará usted, estimado lector, ¿cómo pueden ser tales autoridades tan insensibles no dedicando mínima atención ni, menos aún, recursos presupuestales para revertir la desastrosa situación de la educación pública? Mi respuesta: por cuanto tal obra es una “vaca que no produce leche”.
La educación es fundamental y constituye la raíz y sostén de toda comunidad humana civilizada. Así pues, a falta de ella, aparecen comportamientos como los que cotidianamente nos “obsequian”, por ejemplo, muchos de quienes se dedican a brindar el servicio de transporte público, como cualquiera que circule por algún paradero de los tantos que pululan por la ciudad podrá constatar con sólo oír los términos usados para expresarse por estos ¿ciudadanos?. Mi edad me permite constatar los efectos de la destrucción del Sistema Educativo Nacional durante el gobierno del Gen. Velasco. Fatalmente, las consecuencias de tan nefasta decisión las sufrimos ahora al irse imponiendo cada vez más la “ley de la selva”, razón que fundamenta la urgencia por emprender la tarea de recuperar nuestro Sistema Educativo en todos sus niveles.
El mismo razonamiento es de aplicación, por ejemplo, al caos vehicular y de transporte público que cada vez se acrecienta no sólo en la ciudad de Piura sino en el ámbito regional. ¿Acaso no sería una obra ejemplar y merecedora del eterno reconocimiento ciudadano, si alguna autoridad se empeñara y lograra revertir el desastre actual ordenándonos y civilizándonos? Fatalmente, la falta de alicientes para emprender tarea tan enorme, parecería ser que, al igual que el tema de la educación, tampoco se mide en metros cúbicos de concreto ni toneladas de fierro, ergo, para nuestras autoridades, parecería no calificar para ser considerada como una “obra atractiva”.
Piura, 05 abril del 2010.
(Diario El Tiempo, 6 de abril 2010.)
Recientemente se re inauguró la reconstruida Gran Unidad Escolar “Alfonso Ugarte” en San Isidro, Lima, con realización de Consejo de Ministros en sus ambientes para realzar la importancia del acto. Días después, con menos “bombo”, corrió igual suerte la GUE “Juana Alarco de Dammert”, en el distrito limeño de Miraflores. En el citado Consejo, el Presidente de la República anunció que serían igualmente modernizados otros veinte centros educativos similares en la ciudad de Lima, lo que debería hacernos reflexionar sobre un tema reiterado por quien escribe: para los gobernantes modernos, sean del jaez que fuere, sólo existe Lima, importándoles muy poco el resto del país.
Ambos centros educativos pertenecen a las decenas construidos a lo largo y ancho del país - incluido nuestro departamento - durante el gobierno encabezado por Manuel Odría (octubre 48 - Julio 56), por lo que, con más de medio siglo sirviendo a la comunidad, aunado a ello la maldita lacra nacional de no asignar recursos presupuestales para realizar imprescindibles tareas de mantenimiento, como podemos constatar por el calamitoso estado que presenta la infraestructura de la piurana y señera GUE “San Miguel”; resulta evidente que no sólo las limeñas, sino todas las grandes unidades escolares del país, requieren el mismo trato e inversión dispensado a las capitalinas.
No lo aseguraría porque no me consta, pero la nuestra debe una de las que se encuentra en peores condiciones a nivel país, y, si así no fuera, como piurano y ex alumno digo que me avergüenza profundamente su calamitoso estado actual, generado por la incuria y falta de interés de los responsables desde mucho tiempo atrás. Por ello debe preocupar la ineficacia de nuestras autoridades, sin olvidar a los congresistas, las cuales, lejos de fajarse con todas las armas y medios a su alcance en defensa de la región y ciudadanía a las que se deben, pública y desvergonzadamente se abocan a defender causas personales y/o político partidarias ajenas a nosotros.
Para ilustración de nuestras autoridades tan dadas a mencionar “sus Obras”, circunscritas mayoritariamente al campo del fierro, cemento y asfalto, es oportuno recordarles que una de las acepciones de Obra es la siguiente: “todo producto del entendimiento”. Así pues, si se asumiera la hercúlea tarea de revertir el calamitoso estado de la educación pública, la que, fatalmente para los cánones imperantes no conlleva inauguraciones ni debelamiento de placas, razón fundamental por la que no es atractiva; se estaría ejecutando una monumental y trascendente Obra que rendiría inimaginables frutos futuros para nuestra región y el país en general.
Pero, entonces, se preguntará usted, estimado lector, ¿cómo pueden ser tales autoridades tan insensibles no dedicando mínima atención ni, menos aún, recursos presupuestales para revertir la desastrosa situación de la educación pública? Mi respuesta: por cuanto tal obra es una “vaca que no produce leche”.
La educación es fundamental y constituye la raíz y sostén de toda comunidad humana civilizada. Así pues, a falta de ella, aparecen comportamientos como los que cotidianamente nos “obsequian”, por ejemplo, muchos de quienes se dedican a brindar el servicio de transporte público, como cualquiera que circule por algún paradero de los tantos que pululan por la ciudad podrá constatar con sólo oír los términos usados para expresarse por estos ¿ciudadanos?. Mi edad me permite constatar los efectos de la destrucción del Sistema Educativo Nacional durante el gobierno del Gen. Velasco. Fatalmente, las consecuencias de tan nefasta decisión las sufrimos ahora al irse imponiendo cada vez más la “ley de la selva”, razón que fundamenta la urgencia por emprender la tarea de recuperar nuestro Sistema Educativo en todos sus niveles.
El mismo razonamiento es de aplicación, por ejemplo, al caos vehicular y de transporte público que cada vez se acrecienta no sólo en la ciudad de Piura sino en el ámbito regional. ¿Acaso no sería una obra ejemplar y merecedora del eterno reconocimiento ciudadano, si alguna autoridad se empeñara y lograra revertir el desastre actual ordenándonos y civilizándonos? Fatalmente, la falta de alicientes para emprender tarea tan enorme, parecería ser que, al igual que el tema de la educación, tampoco se mide en metros cúbicos de concreto ni toneladas de fierro, ergo, para nuestras autoridades, parecería no calificar para ser considerada como una “obra atractiva”.
Piura, 05 abril del 2010.
(Diario El Tiempo, 6 de abril 2010.)
