VACUNA PARA DESAHUEVARNOS
(I)
(Piura, 31 agosto 2023)
Luis Gulman Checa
Tal es la que requerimos con urgencia los
piuranos, pues, la pura y mera verdad es que desde décadas atrás andamos
ahuevados hasta el tuétano. A propósito, la RAE define a la persona ahuevada
como de carácter asustadizo y temeroso, lo cual, aunque nos duela, nos define
perfectamente.
Vayamos comparando, calmada y concienzudamente,
la situación de nuestra vida y/o existencia actual con la que, de no ser tan
estúpidamente ahuevados, deberíamos estar disfrutando, pues, Piura es una
tierra bendecida por Dios que nosotros, pecado mortal, somos incapaces de poner
en valor y disfrutar.
Empecemos por nuestra riqueza petrolera,
recordando que décadas atrás los ingresos recibidos por el Estado provenientes
de la explotación de NUESTRO PETRÓLEO eran el principal soporte del erario. Sin
embargo, hace más de medio siglo, debido a la aparición de “Atila”, Velasco
Alvarado, desapareció originando la creación de un monstruo no solo con más
cabezas que la Hidra de Lerna sino que cada una es más corrupta que la otra:
PETROPERÚ.
¿Qué hemos dicho o hecho los piuranos respecto
a la pauperización y abandono de la provincia petrolera tras la maldita
decisión optada en octubre del año 1968 echando del país a las empresas que
explotaban nuestro petróleo para reemplazarlas por el ya citado engendro
corrupto e ignaro? Nada, cero balas.
Ello no fue todo lo malo, pues el Oleoducto que
termina en Bayóvar y ha insumido sumas siderales de dinero tanto en su construcción
como operación y mantenimiento, debe ser el ELEFANTE BLANCO ostentando el
récord mundial de la estupidez y corrupción, otra obra del citado “Atila”.
En resumen, la citada Hidra, a contrapelo de
las empresas que operan en países racionales y son las más rentables del mundo,
la nuestra, no solo asume “obras” como el brutal robo actual en la refinería de
Talara, sino que, cual mendigo desvergonzado, se la pasa pidiendo limosnas del
erario para seguir robando recursos de todos los piuranos, incluidos los que no
cuentan con servicios de agua y desagüe en sus domicilios ni, menos aún, postas
médicas decentes y bien equipadas.
¿Tal es la única riqueza de esta naturaleza que
duerme en las profundidades de nuestra tierra? Claro que no, siendo un “secreto
a voces” la formidable fuente de gas soterrada bajo el desierto de Sechura que
fuera estudiada antes de la aparición del citado energúmeno y que, obviamente, quienes
fueron echados, guardan bajo siete llaves.