¿RESERVORIO DE POECHOS
EN EMERGENCIA?
(Piura, 16 marzo 2024)
Luis Gulman Checa
En este instante, hasta la cota 99.88 m.s.n.m.,
almacena 238.7 MMC, así, muestra una situación crítica, volumen ínfimo comparado
con el que debiera tener de rebosar hasta la cota 106, gracias a costosa obra
realizada años atrás para elevar el antiguo nivel de la cota de operación: 103.
Debiéramos estar seriamente alarmados si, no solo
a mediados de marzo sino, peor aún, habiendo quedado descartado el “mañoso” anuncio
que el cielo se vendría abajo este verano (generador de cientos de millones de
soles tirados al desagüe y/o a pestíferos bolsillos); por el ínfimo volumen
almacenado.
Es obvio que los responsables de operar el
Sistema Chira Piura (¿será cierto es una comisión integrada por 10 entes?),
supuestamente y con la “chispa atrasada”, deben estar leyendo un Manual de Operación
que indica mantener el nivel bajo para que haya capacidad de “laminar avenidas”,
es decir, contener en él las grandes descargas esperables para que no destruyan
el valle.
Si bien no es imposible se produzcan tales
descargas, sí es muy improbable que ello suceda, por lo que, considero, es un
crimen el haber tirado agua al mar que debió ser almacenada, especialmente porque
el valle del Chira está protegido con defensas ad hoc que permiten
discurrir caudales de hasta 3,500,000 m3/seg sin afectar ni una sola hectárea
de terreno de cultivo. Siendo así, ¿es racional mantener el reservorio tan bajo
cuando las descargas muestran continua tendencia descendente?
Ruego a Dios estar equivocado y que se cumplan
los augurios. Así, a partir del día de San José, en dos días más, el cielo sea
generoso con la citada comisión y, en pocos días el reservorio quedara rebosante
para jolgorio y beneficio de los sufridos y maltratados agricultores, los
cuales podrán seguir desperdiciando la costosísima agua regulada que el Estado,
estúpidamente, les entrega gratis.
Vayamos pensando cuál sería la situación futura
si, terminado el período de avenidas, el reservorio no quedara colmado. Si ello
llegara a suceder debiéramos formularnos la siguiente reflexión:
¿Acaso no ha llegado la
hora de, tomando al toro por los cuernos, reconsiderar la irracional administración
actual del agua regulada, la cual, siendo un bien público similar, por ejemplo,
a la energía eléctrica manejada por entes ad hoc que la administran y venden a
la ciudadanía; está en manos de los propios usuarios que la tiran y desperdician
como si se tratara de basura?