ELECCIONES MUNICIPALES: AHORA ES CUANDO
(Piura, 31 enero 2018)
Luis Gulman Checa
Me refiero, como se comprenderá, que ha
llegado el momento de tirarlas por el desagüe y volver a
la modalidad antigua cuando las autoridades locales eran designadas por el
Ejecutivo, siendo su ejercicio AD HONOREM.
Estimado lector, le ruego, con la mano en el
corazón, se formule el siguiente cuestionamiento y, usted mismo, in pectore, lo
responda:
Si el ejercicio de tan
digna tarea (así era cuando estaba a cargo
de ciudadanos idóneos) recuperara su condición de ad honorem, ¿habría colas interminables de
sujetos (semejando perros hambrientos babeando por un hueso) desesperados por ser
elegidos?
Recordemos cómo, desde que se reimplantaron
en el gobierno de FBT hasta la fecha, poco a poco pero sin pausa; ha ido degradándose
la calidad de los candidatos habiendo llegado en la actualidad a niveles
paupérrimos.
Si realmente deseamos bregar por la
erradicación de la corrupción en el Perú, el primer, obvio y claro paso es
eliminarlas, pues, haciéndolo, el panorama se higienizaría similarmente a como
sucede con un recipiente metálico lavado con ácido muriático. .
Personalmente siento asco/vergüenza ajena
cuando veo u oigo a tanto (a) impresentable/incapaz/ignaro proclamándose como
el indicado (a) para solucionar todos los problemas que aquejan a la
ciudadanía, por cuanto, casi como la Virgen María, no solo son puros, castos e
impolutos sino que el mismísimo Espíritu Santo los alcanzó con un rayo milagroso
dotándolos de los dones para convertir sus dominios en paraísos terrenales en
la tierra.
Paradójicamente, quienes más sufren por la
incompetencia/corrupción que ha echado raíces en la gran mayoría de gobiernos
locales, son los ciudadanos ubicados en la base de la imaginaria pirámide
social, es decir, los más necesitados y menesterosos. Sin embargo, debido a
estas malhadadas elecciones, son ellos mismos los que llevan al poder a quienes
los van a soterrar más profundamente en la pobreza y la postergación.
Reflexión final:
¿Acaso los peruanos hemos
alcanzado tal grado de ceguera/estulticia que no llegamos a ver que el origen o
“escuela inicial” de la corrupción se ha instalado en los gobiernos locales?
¿No nos lleva a ninguna conclusión el interminable listado de “obras” tiradas,
abandonadas o empezando a derruirse tan luego son inauguradas o, también, el atiborramiento
de las cárceles debido a la cantidad de alcaldes encanados?