BRUNO FOSSA VILLAR (Q.D.D.G.)
(Piura, 29 abril 2021)
Luis Gulman Checa
Reconociendo que los designios de Dios son
inescrutables, de vez en cuando
perturban nuestras almas reconociéndonos incapaces de entender cuáles fueron sus
razones; situación triste y fatalmente reiterada cuando un ser muy cercano y en la flor de la
edad, sea por razones de sangre o de amistad, deja este mundo generándonos
desconcierto y sumiéndonos en la tristeza.
Tal reflexión me fue motivada por la abrupta noticia referida al fallecimiento de Bruno Fossa
Villar, quien, en su larga lucha contra una enfermedad que lo aquejaba desde
años atrás, decidió efectuarse un
trasplante de médula en una ciudad colombiana y, estando en pleno proceso de
recuperación, fue atacado y abatido por el Covid.
Reconozco que la noticia me perturbó en gran
medida por cuanto nuestra relación era sólida, estrecha y constante, de modo
que tenía pleno conocimiento de su valía tanto por su rectitud como por los valores
que atesoraba, además, como era público y notorio, por brillar como una persona
comprometida con la sociedad al estar abocado a luchar por el progreso y
bienestar de todas las personas dependientes de la Colonización San Lorenzo,
prueba de lo cual fue su insistencia en liderar el ente que las representa: La
Junta de Usuarios, tarea ímproba, desgastante e ingrata que no solo no
implicaba ventaja económica alguna sino todo lo contrario: descuidar los
negocios propios para darse íntegro en pro de los demás.
Esta vocación que embargaba a Bruno merece
resaltarse, en especial cuando atravesamos
una época en la que la consigna parecería ser “Sálvese quien pueda”, en el sentido que lo
normal es preocuparse únicamente por los intereses personales sin dedicar la
menor atención ni esfuerzo real propio o aportes económicos (indirectamente
efectuados por Bruno) en pro de coadyuvar al progreso y bienestar de la
sociedad en su conjunto.
Mi mente retrocede más de una década cuando un grupo de piuranos imbuidos por los
mejores deseos de darse íntegros en pro del progreso de nuestra tierra, decidió
ofrecerse a la ciudadanía como opción para guiarla desde el GORE, equipo que
integró Bruno quien hubiera tenido a su cargo la Dirección Regional de Agricultura. Sin embargo, dándose otro
designio divino difícil de entender, los piuranos los rechazaron optando por un camino que, nadie puede
negarlo, devino en intransitable al extremo que Piura, hoy por hoy, es una
sombra difuminada del virtual Edén que hubiera podido ser.
No tengo la menor duda que Bruno está en mejor
compañía que quienes seguimos en este valle de lágrimas, rogándole al Señor que
más temprano que tarde le permita ver desde las alturas cómo San Lorenzo y todo
nuestro departamento adquiere la grandeza que debe ostentar gracias a los dones
que nos regaló la naturaleza.