DECESO CON COLA
(Piura, 30 agosto 2017)
Luis Gulman Checa
El deceso de una mujer de avanzada edad el pasado día lunes en el hospital
Rebagliati, Lima, llegada de Ica en estado terminal - según
el secretario general del sindicato de médicos del Seguro Social - afectada por fibrosis pulmonar avanzada, mal
que no tiene cura enfocándose el tratamiento solo en aliviar los síntomas y
disminuir el avance de la enfermedad; impactó de tal manera en los medios de
comunicación que el país olvidó la incalificable huelga de los maestros además
de las otras activas y/o en proceso.
Resulta que la fallecida, Yolanda Velásquez
Carrión, había sido la progenitora de Ana Jara Velásquez quien, además de
desempeñarse como congresista
representando al departamento de Ica, llegó a encabezar el gabinete
ministerial durante el pasado mandato de Ollanta Humala.
Si mal no recuerdo, la doliente hija es ferviente creyente
cristiana, ergo, de acuerdo con su fe, en vez de culpar injustamente (como sin
duda quedará demostrado) a seres de carne y hueso que hacen lo humanamente
posible para aliviar/atender a heridos y enfermos; debió dirigir su mirada y
pensamiento al Señor, agradeciéndole, en primera instancia, por los tantos años que le permitió disfrutar
de la compañía de su progenitora y, también, rogándole para que su alma
descanse eternamente a su vera.
No deja de ser curiosa la forma como la
vida da vueltas, pues, quien hogaño despotrica contra el Seguro Social,
poco tiempo atrás tuvo en sus manos el poder absoluto para, por lo menos,
intentar enderezar tanto los vicios/fallas que pudieran estar afectando a esta institución como a tantas otras.
Mientras encabezó el gabinete, pregunto:
¿Movió un dedo o tuvo
algún gesto en pro de potenciar el Seguro Social?
Como, fatal y lamentablemente en los tiempos
actuales, para pensar bien hay que pensar mal, ronda por mi mente la siguiente
interrogante:
¿Será posible que Ana
Jara, esté utilizando el natural
fallecimiento de su madre, para auto colocarse en el candelero político mirando
las próximas elecciones?
Tal reflexión, en un país tan deteriorado
como el nuestro, como lo prueba la existencia de congresistas que han recorrido
cuatro y hasta cinco tiendas (compra y venta) políticas,
es muy probable que no esté descaminada.
Roguemos para que
doña Yolanda esté descansando en paz.