C U E N T O
EL BOSQUE SECO
(19.04.2014)
Luis Gulman Checa
Permanentemente oímos que una de las grandes
riquezas naturales de Piura es el Bosque Seco, constituido por los cientos de
miles de hectáreas arboladas, entre otros, con algarrobos, zapotes, overales y faiques
que, algunos años, cuando abundan las lluvias, se cubren de un verdor
exuberante permitiendo el crecimiento
exponencial de las crías de ganado mayor y menor que de él se alimentan. Esta
es la fuente primordial de la que se nutren los millones de caprinos que nos
proporcionan diariamente su exquisita leche y
queso fresco, base de nuestros desayunos, además del inigualable “cabrito
de leche”.
Estos nobles animales nos siguen bendiciendo aún
luego de beneficiados, como lo demuestran los barcos que esperan en Paita para
cargar los interminables despachos de fardos de la famosa “piel de chivo”,
reconocida en el mundo entero.
Una muestra palpable de lo que es el Bosque
Seco, la tenemos cuando disfrutamos viajando entre Piura y Paita entre las sombras generadas por
los inmensos y añosos árboles que la bordean, especialmente algarrobos, gozando
del espectáculo de miles de animales pastando a placer.
Naturalmente el hombre, racional e inteligente como es al
haber sido creado a imagen y semejanza de Dios, cuida el Bosque con esmero protegiendo la integridad de sus árboles y
tratándolos con cariño. Así, para satisfacer las necesidades de leña,
combustible usado para cocinar los
alimentos, extrae con sumo cuidado las
ramas superfluas, realizando en realidad una minúscula poda, de tal modo que el
bosque cada vez se ve más arbolado. Esta es la razón por la que, esporádicamente,
los medios nos informan de ejecuciones sumarias realizadas por diversas
poblaciones campesinas contra insanos destructores de la naturaleza que osaron
talar un algarrobo o un zapote.
Es así que, por ejemplo, las piezas talladas
en madera de zapote tienen valores que sobrepasan los de los finos huacos de
las culturas pre incas, al ser materialmente imposible conseguir materia prima,
porque, como dije, los árboles están más protegidos que las barras de oro del
BCR.
Felizmente, gracias a la buena voluntad y
visión de grandes benefactores, gobiernos e instituciones, en Piura tenemos
varios ejemplos de comunidades que mejoraron enormemente su nivel de vida
desarrollando proyectos productivos en el Bosque Seco. Precisaré solo dos de
ellos que constituyen magníficas muestras, a nivel mundial, de lo que se logra cuando se
conjugan ambos factores: apoyo financiero y deseos de mejorar.
El primero lo encontramos en la CC Nacho
Távara, ubicada en los distritos de Chulucanas y Tambogrande y el otro en la CC
Apóstol Juan Bautista de Locuto, Tambogrande. Ambas, como muchas otras, fueron
creadas durante el primer gobierno de Alan García, entre 1985 y 1990.
De la primera, Nacho Távara, sale permanentemente rumbo a
Europa, el inigualable queso de cabra producido en sus modernas instalaciones
donde son procesados los miles de litros de leche ordeñados cada día por los comuneros. Esta
maravillosa situación se posibilitó gracias a la cooperación española, proveyendo equipos e instalaciones para
producción de quesos, entregando hatos de ganado fino a los comuneros y
capacitándolos en el ensilaje de los pastos producidos en los años abundantes
para disponer de alimento en las épocas de sequía. Además, tuvieron el cuidado
de llevar a España a quienes, posteriormente,
se encargarían de elaborar el queso. Naturalmente que, haciendo gala de gran
visión de futuro, tanto la cooperación española como la contraparte del
gobierno peruano, estuvieron al lado de estos emprendedores comuneros hasta que
llegaron a manejar impecablemente su exitoso negocio.
La segunda, Apóstol Juan Bautista de Locuto,
gracias a la visión de quienes estaban al frente de la Municipalidad Distrital
de Tambogrande el año 2009, es la principal empresa apícola del departamento,
no solo abasteciéndonos de miel, polen y todos los maravillosos productos que
nos regalan tan laboriosos insectos, sino también a gran parte del país y, quién sabe,
del mundo.
¿Cómo sucedió hecho tan maravilloso? A raíz
que la citada municipalidad, invirtiendo una pequeña suma de aproximadamente
S/. 70,000.00, entregó a dicha comunidad, en el segundo semestre de ese año, un
completo módulo apícola: colmenas y equipos necesarios para procesar la miel. A partir de ahí el crecimiento de los
colmenares ha sido prodigioso, no exagerando si lo comparamos con el conocido
milagro bíblico de la multiplicación de los panes y los peces. Así, creció tanto, que la comunidad tuvo que ampliar las instalaciones y comprado
nuevos equipos para procesar tantísima miel.
Fin del sueño.
Actualmente, al Bosque Seco de Piura el
nombre le queda grande, pues lo de Bosque está demás, como se constata viajando
de Piura a Paita atravesando tristes y desiertos eriales.
Sin embargo, lo señalado líneas arriba fue,
otrora, absolutamente cierto. Nuestros
bosques eran tan maravillosos que, por ejemplo, el pavoroso despoblado entre
Piura y Paita, era un formidable potrero cubierto de añosos algarrobos.
Es verdad que los barcos hacían cola en Paita
para cargar los grandes envíos de piel de chivo hacia el mundo. Recordaremos, quienes tenemos
varias décadas a cuestas, que en el colegio aprendíamos que Piura se
caracterizaba por su gran producción de petróleo, algodón y caprinos.
También son rigurosamente ciertos los
apoyos recibidos por ambas comunidades campesinas.
No obstante, la realidad se contrapuso absolutamente con los sueños, pues, en
la comunidad Nacho Távara - creo
llegaron a producirse algunos quesos - no queda ni la calamina del techo de las instalaciones.
En la otra, Apóstol Juan Bautista de Locuto,
la cosa fue peor, pues jamás produjo ni una mísera botella de miel y, los
equipos, jamás utilizados, últimamente desaparecieron de los almacenes en un
acto de pillaje muy bien organizado.
La inmisericorde destrucción de los bosques,
a vista y paciencia de quienes tienen la obligación de impedirlo, parece no
importarle a nadie, especialmente a los redomados pícaros y sinvergüenzas que, pasando
por alto su destrucción, continúan endilgándonos sus discursos referidos a la
¿conservación? del Bosque Seco, tal y como si semejante auténtica riqueza que
antaño tuvimos, no hubiera sido arrasada por el hombre ante su urgente
necesidad de conseguir algunos centavos para mantenerse a sí mismo y a los
suyos.
Fin