VELÁSQUEZ QUESQUÉN: ¡OLMOS SÍ O SÍ!

Luis Gulman Checa

La actitud del Primer Ministro respecto a la estafa que implica la Concesión de Olmos, es una demostración más de que pese a faltar pocos años para conmemorar el bicentenario de la gloriosa gesta liberadora de las “garras españolas”, no hemos sido capaces de despojarnos de nuestro ¿destino? de ser permanentemente explotados y expoliados, siempre con la connivencia de pocos o muchos connacionales. Así, a pesar que pasamos de colonizados a libres y soberanos, aún cargamos con nuestra proclividad a ser esclavizados.

¿Qué relación hay entre la perorata anterior y Olmos? Que, el “choque de trenes” producido entre la titular del MEF, Mercedes Araoz, y el lambayecano Primer Ministro, originado en el serio y patriótico freno aplicado por la ministra a la pretensión de Odebrecht por continuar succionando “sangre peruana” aprovechándose del anhelo lambayecano por desarrollar sus pampas; debería servir para sacar a la luz la corrupta y “vende patria” urdimbre que tuvo su partida de nacimiento el 30.11.2002, con la publicación del D. S. Nº 059-2002-AG, estableciendo que el íntegro de la masa del río Huancabamba se destinaría a posibilitar el “Esquema de Concesión de Olmos”.

¿Por qué los conceptos vende patria y urdimbre? Porque la tal concesión nació o se originó en un crimen perpetrado por los confabulados: la apropiación ilícita de los derechos del valle del Alto Piura sobre una parte de la masa del río Huancabamba. Así, inventaron una concesión a partir de una simple obra pública para fijar una absurda, irracional, injustificable e impagable tarifa por m3 trasvasado, asegurándose, por los quince años de vigencia de la concesión, millonarios ingresos anuales a costa de nuestros bolsillos.

Con gran desfachatez y pese a que el Alto Piura recuperó sus plenos derechos sobre el río Huancabamba el 07.08.2003 con la publicación del D. S. Nº 030-2003-AG, la estafa contra el Estado quedó consentida el 22.07.2004 con la suscripción en Palacio de Gobierno del Contrato de Concesión para la Construcción, Operación y Mantenimiento de las Obras de Trasvase del Proyecto Olmos con la participación del Presidente de la República, Dr. Alejandro Toledo, el Presidente del Gobierno Regional de Lambayeque, Dr. Yehude Simon y el representante de Concesionaria Trasvase Olmos S. A. (constituida por la constructora Norberto Odebrecht), Sr. Jorge Barata, quien, pese a su apellido, nos resultará carísimo.

Lo más grave de la mentada concesión fue que el agua trasvasada que, contractualmente, sería pagada sí o sí por el Estado de acuerdo a lo establecido en el D. S. Nº 100-2004-EF, del 21.07.2004 (víspera de la firma del contrato), suscrito por Toledo, Ferrero y PPK: no tenía destino por cuanto, las pampas de Olmos por definición eran y continúan siendo campos rasos, es decir, salvo zorros y lagartijas, no cuentan con gente ni desarrollo alguno que permita dar buen uso a las aguas trasvasadas que el Perú pagará a precio de oro al señor “Barata”.
Sin dármelas de adivino ni “echarme flores”, reproduciré el párrafo de un artículo publicado en esta página en octubre del 2004:

“Entonces, compatriotas, ya estamos avisados que hay otra maquinación urdida para seleccionar un Inversionista Privado (¿el mismo?) que recibirá una nueva tanda de millones de US $ nuestros para construir las obras de riego sin las cuales el trasvase de agua es inútil. Esta nueva patraña no sería lo más grave, sino que, al igual que el que cobrará US $ 0.0659 más impuestos por el trasvase de cada m3, éste también tendrá que cobrar por el agua puesta en parcela, por lo que la tarifa, que ya es impagable, será alucinante. Sin embargo, los futuros asentados en las pampas de Olmos no tienen de qué preocuparse, porque los confabulados ya solucionaron el problema designando al pagante, no siendo otro que el Estado peruano, convertido, una vez más, en botín de cuatro vivos”.

Ante tan triste y vergonzosa realidad, los peruanos de bien deberíamos rogar a los Ángeles y Santos que den ánimo y sostengan a Mercedes Araoz para que se mantenga firme y cumpla con su juramento implícito al asumir el cargo: preservar el cuidado y buen uso de los escasos recursos públicos. Si el erario no tiene fondos para pagar decentemente, por ejemplo, a maestros y policías, ¿cómo podríamos aceptar que se les regale dinero sucio a los nuevos colonizadores de Odebrecht y sus “Felipillos” criollos, entre muchos otros que continúan asolándonos?

Piura,29 marzo del 2010.
(Diario El Tiempo, 30 marzo 2010)

¿Por qué se obvia barrer la corrupción hormiga?

Luis Gulman Checa

Estando en el tapete la llamada mega investigación contra una familia de raíces liberteñas por cuanto, supuestamente, su inmensa fortuna actual se habría originado en el tráfico de drogas; es oportuno plantearnos algunas reflexiones respecto a por qué el Estado es tan acucioso persiguiendo este ilícito, aún cuando los principales responsables hubieran muerto o, los perseguidos de hogaño estuvieran inmersos en la plena legalidad, mientras, paralelamente, demuestra olímpico desinterés ante los cotidianos actos de corrupción contra el Erario.

Planteo una interrogante: ¿es peor delincuente el que trafica drogas o el que roba recursos destinados al vaso de leche? Para el suscrito, quien quita el alimento de las bocas de los niños, es mil veces más vil y ruin, mereciendo castigo más severo. Estoy seguro que en la China - país tan admirado últimamente por quienes todo lo ven dinero y en el que un árbitro de fútbol podría ser ejecutado por “arreglar” resultados - a estos malditos ladrones los ejecutarían en el acto.

Si analizáramos la situación concluiríamos que estas formidables investigaciones persiguiendo el narcotráfico, no serían más que “cortinas de humo” ¿cómo el circo romano? para distraer a la opinión pública haciéndole creer que, tanto la Policía Nacional como el Ministerio Público, están dedicados en cuerpo y alma a protegernos de todos los “malos” que nos acechan. Sin embargo, ambas instituciones se tornan ciegas y sordas tratándose de presuntos delincuentes de cuello y corbata, pública y fundadamente denunciados, quienes, no sólo continúan tan campantes asaltando al Estado, sino que, peor aún, aspiran ser elegidos para desempeñar cargos de mayor importancia. ¿Qué nos pasa a los peruanos que somos tan permisivos con quienes, a ojos vistas, se apropian de nuestro dinero?

Ambas instituciones deberían aplicar a tantos funcionarios los mismos métodos que usan con los imputados por narcotráfico: que demuestren dónde obtuvieron los recursos financieros que les permitieron adquirir sus bienes y/o negocios, porque, al asumir los cargos públicos, llegaron con “una mano atrás y otra adelante”. Entonces, si laboraron para el Estado a tiempo completo percibiendo remuneraciones se sobre vivencia para ellos y los suyos, por los llamados “signos exteriores de riqueza”, de los que hacen vergonzosa ostentación, debiera ser no sólo pertinente sino obligatorio que fueran investigados tan igual como quienes se juegan la vida traficando drogas.

El reciente choque frontal producido entre el MEF y el Gobierno Regional de Lambayeque a consecuencia de la mafiosa concesión de Olmos, gestada y denunciada en esta misma página seis años atrás, es una prueba concreta que justifica el reclamo implícito en el presente. He leído en un medio que tal ministerio aduce que Olmos carece de agua, afirmación absolutamente cierta por cuanto la urdimbre se fundó en derivar el íntegro del agua del río Huancabamba a las pampas olmanas, condición que desapareció cuando el Alto Piura recuperó su derecho sobre 335 MMC (m/m 50% de la masa anual) a ser derivados en Tronera, lo que ocurrió cuando el proceso de concesión, conducido por Proinversión, “estaba en pañales”. No obstante, ¿delincuencialmente? siguió adelante como si nada hubiera sucedido. Y ahora, ¿quién y como arreglará el lío?

Personalmente denuncié documentadamente esta estafa (época Simon - Toledo) ante los titulares del MEF y Contraloría General, además de varios congresistas. Respuesta unánime: “No se oye padre”. Esta censurable permisividad de gobernantes y autoridades es sospechosa. Será acaso que prima el aserto que dice “Hoy por ti, mañana por mí”. Dicho en términos más claros para que todos entendamos: yo me hago el de la vista gorda ahora, obviando trapacerías y latrocinios tuyos, para que mañana tampoco se metan con los míos. ¿Hasta cuándo permaneceremos los peruanos indiferentes ante tan obvia realidad?

Piura, 22 marzo del 2010.
(Diario El Tiempo, 23 de marzo 2010.)

Rompemuelles: ¿Emblema del subdesarrollo?

Luis Gulman Checa

Como se comprenderá, me refiero a las ¿hinchazones, gibas, potras, excrecencias, trampas invisibles y mortales? las cuales, así como los hongos tras la lluvia, vienen proliferando incontenibles en carreteras, pistas y calzadas, sean éstas antiguas o recién construidas. Es tan fantástica e incontenible su multiplicación que en nuestro país, así como es reconocido y legítimo el llamado “sueño de la casa propia”, se ha desatado lo que bien podríamos tipificar como el “supremo anhelo por el rompemuelle propio”.

Lo peor de este irracional afán por destruir nuestras vías con tales engendros, de ser cierta la información que llegó a mis oídos, es que en el ¿gran país del norte? fueron desterrados al determinarse que el aparentemente inocuo bache al pasar sobre ellos, podía originar u originaba desprendimiento de retina en los ocupantes del vehículo. Tal conclusión debería hacernos reflexionar respecto a cuántos riñones criollos y embarazos peruanos se habrán afectado o concluido bruscamente, según sea el caso, por culpa de estos esperpentos.

Lo peor y más triste de la proliferación de rompemuelles, es el implícito reconocimiento de que los conductores del Perú somos tan pero tan brutos al extremo de lindar con la cuasi deficiencia mental que, cuando nos acercamos a una población o vemos personas circulando cerca de o cruzando la pista, en vez de disminuir la velocidad, nos brota de lo más recóndito de nuestro espíritu pisar a fondo el acelerador. Es decir, seríamos tan salvajes que nos agobiaría el deseo de chancar seres humanos como si fueran gusanos.

Pensemos en un hecho incontrovertible: estos adefesios afectan la marcha de todos los vehículos, tanto de día como de noche y haya o no algún ser viviente a la vista. Es decir, desgastan los sistemas de freno, malgastan combustible y hacen perder tiempo. Por si no nos hubiéramos dado cuenta, estos mamarrachos, por las razones recién expuestas, también hacen perder sumas fantásticas de dinero a los propietarios de los vehículos. ¡Dios colme de paciencia y lleve a su vera a los sufridos y santos conductores de camiones pesados obligados al tormentoso suplicio de transitar la vía Sullana - Paita!

Asimismo, al ser los únicos importadores de chatarra rodante y no existiendo prácticamente control del tránsito al actuar nuestros policías como si fueran ciegos, permaneciendo impasibles cuando ven pasar vehículos sin luces; están dadas las condiciones para que estos disparates originen accidentes. ¿Por qué? Ante la proliferación de conductores novatos que salen a la carretera embelesados tanto por el paisaje como por la música que disfrutan, pueden acabar empotrados en el vehículo que lo antecede porque carecía de luces de peligro.

Para colmo de males, como lo ha informado la prensa en reiteradas oportunidades, los rompemuelles son cómplices gratuitos de ladrones y asaltantes quienes, aprovechándose de que los grandes buses de pasajeros casi se detienen para sobrepasarlos, en las propias ciudades encañonan a los conductores obligándolos a detenerse y abrir las puertas. Así, los malandrines abordan el vehículo y disponen del tiempo necesario para esquilmar a los pasajeros mientras el viaje continúa con todos los visos de normalidad.

He dejado la cereza para el final. ¿Qué persona en su sano juicio podría oponerse a construir tales disparates “protegiendo” los accesos a los colegios, que albergan a nuestros niños y jóvenes, futuro y promesa de la patria? Con toda seguridad el suscrito por una elemental cuestión de lógica y sentido común. Piense usted, estimado lector, en el número de horas que tiene un año (8,760) comparado con el tiempo empleado en entrar y salir de clases los pocos días que éstas se dictan (m/m 200). ¿Cree usted justo que estos espantajos amarguen la vida a los conductores cada minuto del año, o lo racional sería que los propios interesados, los colegios, tomen sus previsiones en las poquísimas horas que sería necesario?

¿Acaso no han visto en el cine saliendo a la calle frente a los colegios a personas gordas y viejas con cartel en mano deteniendo el tránsito mientras entran y salen los alumnos? ¿Por qué no copiamos tantas buenas costumbres y sí estamos prestos a engullir su comida chatarra e imitar otros vicios y lacras que asolan a los del norte?

Piura, 12 marzo del 2010.
(Diario El Tiempo, 16 de marzo 2010.)

CAOS EN PIURA: ¿ALCALDESA AL BANQUILLO?

Luis Gulman Checa

La asonada y consiguiente saqueo y robos por doquier que sufrimos los piuranos el pasado miércoles, fue la ¿previsible? consecuencia de una legítima, correcta y necesaria decisión de la autoridad municipal, como es la de ordenar, civilizando y modernizando, el auténtico antro en que devino el mal llamado Mercado Modelo de Piura. No obstante, debe reconocerse que los reales responsables del caos y tugurización imperantes, más que los ocupantes precarios, son quienes durante décadas lo permitieron por omisión en el cumplimiento de sus obligaciones.

El presente no busca satanizar ni hacer leña de persona alguna, orientándose a analizar las razones que posibilitaron hechos tan vergonzosos y lamentables, especialmente porque, como los medios lo difundieron ampliamente, la alcaldesa hizo viaje expreso a la capital para coordinar con el ministro del Interior las garantías que tendría que haber prestado la Policía Nacional. Esta reunión, en apariencia acertada, fue un error por la importancia de Piura. Así, el ministro, con su equipo de confianza, debió venir para analizar “en vivo y en directo” las condiciones y circunstancias implícitas y dictar las medidas correspondientes para que el cometido de cumpliera pacífica y ordenadamente.

¿Acaso la tarea de recuperar las áreas públicas que circundan y cruzan el mercado, aberrantemente ocupadas, no era similar o más compleja aún que el desalojo de los invasores del mercado de Santa Anita en Lima, para lo cual, el propio Consejo de Ministros extremó planificación y despliegue disuasivo? Entonces, ¿por qué el gobierno actuó tan desaprensivamente en nuestro caso? ¿Propaganda subliminal a favor de los candidatos fujimoristas que repetirán hasta el hartazgo que con el “Chino” sí había orden, respeto a la propiedad pública y privada y paz social? O, quizá, lo que acabamos de sufrir, sumado a los recientes desastres de Moquegua y Bagua, confirma que para los gobernantes el país empieza y termina en Lima.

Otra triste y preocupante confirmación es que el concepto de “Inteligencia” no existe al interior de nuestras fuerzas policiales, porque, si la idea se manejara aunque fuera tenue y vagamente, habrían detectado oportunamente, cortándolo de raíz, el evidente contubernio o contrato de “locación de servicios” entre algunos obcecados dirigentes y/o comerciantes opuestos al orden y hordas de avezados delincuentes que impusieron el terror en nuestra ciudad. Una pregunta para la reflexión: ¿el número de fallecidos fue elevado o irrisorio en comparación con los desmanes perpetrados por los vándalos y desadaptados sociales que sometieron la ciudad ante la inoperancia, pusilanimidad y/o incapacidad policial?

Un aspecto a considerar es porqué, cuando la policía no pudo garantizar vida y patrimonio de la ciudadanía en Piura, la autoridad competente, el Presidente de la República, no dictó las medidas que posibilitaran que las Fuerzas Armadas, como sucedió el 05.02.75 en Lima ante la huelga policial, restablecieran el orden en la ciudad. Para el suscrito, grave omisión presidencial. Si la razón hubiera sido que no fue informado oportunamente de los hechos, lo que es difícil de creer, ¿por qué no se echó al ministro del Interior en el término de la distancia por negligencia e incompetencia punibles?

En el caso de la autoridad municipal, ¿actuó impecablemente desde que, acertadamente, tomó la decisión de ordenar el mercado? No, por cuanto, poniendo en la balanza tanto los antecedentes como las consecuencias de la ardua tarea que se había impuesto, su primera acción debió ser acondicionar, impecablemente, los nuevos emplazamientos que, necesariamente, tendría que haber puesto a disposición de quienes tendrán que ser reubicados. Además, ¿un consejo hasta de un conejo?, la autoridad, cualquiera que sea su rango o nivel, jamás debe negarse a dialogar aunque sepa que no hay ni la más mínima posibilidad de lograr acuerdo alguno. Así, no sólo “se cura en salud”, sino que “deja sin piso” a sus potenciales enemigos gratuitos y/o convenidos, como fueron los vergonzosos casos tanto de la congresista Marisol Espinoza como del presidente regional César Trelles.

Piura, 08 marzo del 2010
(Publicado en Diario El Tiempo, 9 de marzo 2010)

El Hombre ante los inapelables designios superiores

Luis Gulman Checa

La arrogancia del hombre se viene imponiendo sobre la formidable virtud de la humildad, la que, contra lo que pudieran pensar algunos, lejos de ser un demérito, sólo consiste en el conocimiento de nuestra pequeñez y en proceder en consecuencia. Es decir, la antítesis de quienes, por encontrarse eventualmente en la “cresta de la ola” se creen y sienten todopoderosos y por encima del bien y del mal,...

La lamentable y dolorosa tragedia que la naturaleza abatió sobre Chile, nuestro vecino país del sur, además de despertar en cada ser humano sentimientos de solidaridad y conmiseración para con los millones de personas que vivieron tan sobrecogedora experiencia que, en instantes, trastocó sus vidas sumiéndolas en el horror de contemplar a seres queridos sin vida, mutilados o heridos, además de las inmensas pérdidas de bienes materiales sufridas en un instante; debería hacernos reflexionar sobre el peso y valor de las personas, por más fantásticas y extraordinarias que algunas se consideren, frente a los insondables designios de la providencia.

Lo primero que me vino a la mente al empezar a ver las imágenes que mostraban al mundo las graves consecuencias del terremoto, fueron las lamentables y vociferantes expresiones vertidas pocos días atrás por un patán chileno ostentando un alto grado en las Fuerzas Aéreas de su país, amenazando a quien quisiera oírlo, especialmente los gobernantes de los países vecinos al suyo, que Chile estaba armado hasta los dientes y dispuesto a liquidar a quien osara atentar contra sus intereses. Es decir, la última de las bravatas de las tantas proferidas por antecesores suyos, haciéndonos recordar que su lema nacional es: “Por la razón o la fuerza”.

El brutal golpe propinado a Chile por la naturaleza, ¿habrá sido una manera indirecta de llamar la atención de todos quienes en el mundo hacen del abuso y la prepotencia sus herramientas cotidianas para lograr sus fines y preservar sus intereses? Si la gran mayoría de seres humanos cree en un Ser Supremo que determina nuestra existencia, ¿qué deberían pensar o cómo deberían asumir estas muestras terribles de poder, sembrando muerte y destrucción, que Él desata contra el hombre de vez en cuando?

Así como Dios abatió su látigo sobre Sodoma y Gomorra para despertar las consciencias de los hombres, ¿no continuará enviándonos moderados y constantes mensajes para hacernos recapacitar sobre lo pequeños que somos y lo poco que significamos sobre la faz de la tierra? Expresado de otro modo, especialmente para quienes no creen y abominan del concepto de Dios, ¿acaso no deberíamos revestirnos de un manto de humildad mostrando respeto no sólo por los demás sino también por el medio que nos acoge, mirándolo y tratándolo no como la fuente a la que debemos extraerle lo máximo que podamos para engordar más aún nuestros rebosantes bolsillos, sino el lugar en el que deberán vivir, en paz y cómodamente, quienes nos sucedan?

La arrogancia del hombre se viene imponiendo sobre la formidable virtud de la humildad, la que, contra lo que pudieran pensar algunos, lejos de ser un demérito, sólo consiste en el conocimiento de nuestra pequeñez y en proceder en consecuencia. Es decir, la antítesis de quienes, por encontrarse eventualmente en la “cresta de la ola” se creen y sienten todopoderosos y por encima del bien y del mal, como el patán señalado líneas arriba, hasta que el destino, que no avisa antes de golpear, desmonta a los cretinos de su alado corcel tirándolos a tierra.

Roguemos porque nuestros vecinos, contando también con la solidaridad y ayuda material de todos los países que puedan hacerlo, además de su propio empuje y probado empeño y valor; salgan lo más pronto posible de tan amargo y doloroso trance. Pero, asimismo, confiemos que tan duro golpe propinado no en los confines de la tierra sino acá no más, a la vuelta de la esquina, sirva para que los peruanos y, muy especialmente, nuestros gobernantes y autoridades, recibamos un baño de humildad que nos permita “poner los pies sobre la tierra”.

Piura, 01 marzo del 2010.
(Diario El Tiempo, 2 de marzo 2010)