¡V E R G Ü E N Z A!
(Piura, 31 mayo 2022)
Luis Gulman Checa
Me invadió una profunda vergüenza ajena cuando
el día de ayer tomé conocimiento del despiadado e injustificado acoso del que
viene siendo objeto un honrado y respetado proveedor de municipalidades, entra
ellas la de Tambogrande, por parte del Ministerio Público, pues, pese a que los
cargos quedaron desvirtuados en primera instancia, ante apelación del procurador
municipal, el baile continúa y el abusado/agraviado continúa perdiendo tiempo
y dinero defendiéndose.
¿Cuál es el monto que el agraviado habría
birlado a la citada municipalidad? ¿Serán cientos de miles o millones de Soles?
¡Qué va! La suma imputada alcanza m/m a 5 o 6 decenas de miles. Ojo, no estoy diciendo que los feroces
cancerberos del Ministerio Público deben descartar perseguir y sancionar
rapiñas al erario sin importar el monto,
sino, la súbita vergüenza que me invadió se debió a lo siguiente:
¿Cómo justificar o qué
pensar respecto a esta cacería de brujas de parte del Ministerio Público,
cuando, desde años atrás quedó patente y claro hasta para un ciego el descarado
robo, asalto o rapiña contra el Erario representada en la gestión del Proyecto
Alto Piura, mientras, salvo error u omisión, el citado ente continúa sin mover
un dedo buscando identificar y acusar a los responsables?
Pensando mal, si queremos pensar bien, ¿será
acaso que cuando los montos robados/birlados son astronómicos, como es el caso,
es usual que los réprobos suelten migajas para lograr que quienes deben
perseguirlos olviden su deber, lo que se calificaría como vender el alma al diablo?
Fatal y desgraciadamente para Piura y el país
en general, el escandaloso robo perpetrado a través de la corrupta gestión del Alto Piura, no es más
que una raya más al tigre de la inconmensurable corrupción que viene
infectando al Perú estando la raíz del mal en la democracia, en este caso,
entendida como que nuestras autoridades son elegidas a través del voto
obligatorio de todos los peruanos mayores de 18 años sepan o no leer y
escribir, es decir, hasta ignaros absolutos TIENEN QUE VOTAR.
La prueba irrefutable
que este cáncer, de continuar, liquidará al país, la tuvimos en el último
proceso llevando a Pedro Castillo a la presidencia.
¡DIOS NOS AMPARE!