GARECA SE EQUIVOCÓ
(Piura, 30 junio del 2015)
Luis Gulman Checa
¡Cuidado! ¡No nos equivoquemos! Creo que el
D.T. argentino es un regalo del cielo y debería continuar por siempre
dirigiendo nuestro seleccionado de fútbol. No obstante, como humano que es,
ayer cometió un pequeño error de percepción y/o agudeza olvidando el nutrido
prontuario de expulsiones de Carlos Zambrano y pecó por omisión. ¿Por qué? Por
cuanto, luego de ser amonestado, después de haber tenido varias entradas
“fuertes”,
Debió retirarlo del
campo porque era obvio iba a ser expulsado.
Cuando el juez le mostró la tarjeta amarilla
a Zambrano, recordé otra situación exacta protagonizada años atrás por Roberto
Carlos, el brasilero marcador de punta izquierda del Real Madrid, quien actuó como Zambrano ayer y dejó su equipo en
inferioridad. Recuerdo que, tanto aquella vez como anoche, mentalmente, envié
mensaje a los técnicos:
Cámbialo porque se
hará expulsar.
Con Zambrano hay dos posibilidades, la
primera, no convocarlo nunca más a un seleccionado por su incapacidad congénita
para domeñar su temperamento guerrero y luchador - lo que se exacerba cuando la
prensa lo moteja “León” - y, la segunda, sí convocarlo y designarlo capitán del
equipo pero analizándolo permanentemente para que, en el instante en el que
notoriamente “pierda los papeles” - como ayer -, retirarlo del campo.
Terminado el análisis del “accidente” que nos costó no haber pasado
a la final, nuestro equipo reconfirmó ser eso mismo:
Un auténtico equipo
capaz de lucir excelente fútbol.
Jugamos m/m 75 minutos con un hombre menos y
los chilenos terminaron “haciendo tiempo” por sentirse acorralados y superados.
Incluso el técnico Sampaoli recurrió al manido recurso de sustituir jugadores
para que “corra el reloj”. Es decir, siendo 10 contra 11, los tuvimos “contra
las cuerdas”.
Para terminar, dos comentarios, el primero,
Paolo Guerrero demostró ser un jugadorazo y Farfán, como en el partido
anterior, estuvo peleado con la fortuna y, segundo, si el chileno Vargas, sin
arquero ni contrarios en el campo, lanza 20 disparos como el de ayer, estoy
seguro que no acierta ni uno solo.
¡Cosas del destino!