PNP, TAMBIÉN EN UCI

 

(Piura, 16 abril 2024)

 

Luis Gulman Checa

 

Me embarga profunda vergüenza ajena cuando veo que miembros de la PNP, generalmente con teléfono celular en mano, permanecen impertérritos e indiferentes, cuando, literalmente en sus narices, un conductor descerebrado hace tronar la bocina; pasa a su lado un real h. de p. conduciendo una motocicleta con escape libre; un anormal estaciona su vehículo en la esquina estando la vereda pintada de amarillo, y, así, ante varios otros brutales atropellos a las normas de tránsito, continúan impávidos.

 

Si así se comportan quienes, supuestamente, existen para resguardar el orden y el fiel cumplimiento de las normas vigentes para que nuestra ciudad sea vivible:

 

¿Quién diablos va a defendernos?

 

Alguien podría pensar que tales faltas son nimias frente a los crímenes perpetrados por sicarios y/o robos llevados a cabo por bandas delincuenciales. Sin embargo, el restablecimiento del orden, necesariamente, tiene que empezar desde abajo, es decir, cortando de raíz las faltas, supuestamente, menores porque todas deben erradicarse aplicando mano dura.

 

Precisaré algunas barbaridades perpetradas por conductores que están claramente prohibidas y/o penadas en las Normas de Tránsito:

 

·         Hablar por teléfono celular mientras se conduce, lo que se agiganta al infinito cuando se está a bordo de una motocicleta o bicicleta.

 

·         Conducir criaturas en motocicleta, hecho magnificado cuando, como es usual, circula una familia completa, padre, madre y tres criaturas, en un vehículo de esta clase. ¡Qué bestia el padre!

 

·         Zurrarse en la indicación del semáforo cuando muestra la luz roja. Por lo general son motociclistas quienes infringen esta norma. Me consta por cuanto una vez estuve a milímetros de llevarme a uno por delante.

 

·         La maldita bocina es perfecta para indicar lo descerebrado que es el conductor, llevándose la medalla de oro a la bestialidad los que atronan el espacio al estar parados ante un semáforo y aparece la luz verde.

 

Es una lástima que el despelote recaído sobre nuestro país, cuyo síntoma principal es la CORRUPCIÓN, también haya abatido a la Policía Nacional.