POBRE PIURA
(Piura, 18 septiembre
2024)
Luis Gulman Checa
Los piuranos auténticos debemos estar sufriendo
grandemente tras constatar la triste, pobre y caótica situación que vivimos
desde años atrás, lo cual, elevando al infinito nuestra angustia, se ubica en
el polo opuesto de lo que deberíamos estar gozando, a partir, no solo de las
abundantes riquezas y posibilidades que la naturaleza puso a nuestra
disposición, sino ello elevado a la enésima potencia gracias a dos formidables
obras de infraestructura de riego con las que el país nos dotó: San Lorenzo y
Sistema Chira Piura.
Recordemos que, además, Piura no solo dotaba de
combustible al país, sino que, la empresa extranjera encargada de explotar
semejante riqueza, proveía ingentes sumas de dinero al erario, es decir, era
factor importante para que los servicios, entre otros, de salud y educación a
cargo del Estado, fueran eficientes. Lo digo por experiencia en mi calidad de
exalumno de la GUE San Miguel en la década del 50 del siglo pasado, por cuanto
dudo que en la hora actual exista algún colegio cuyo plantel de profesores pudiera
equipararse a los nuestros.
¿Ello era todo? Claro que no, pues, entre otros
dones, podía decirse que Piura dotaba de carne de vacuno a gran parte del país,
por cuanto, en esas épocas, abundaban los potreros de algarrobos, las miles de
hectáreas de rastrojo de algodón (además de la pasta y cáscara subproductos de
la extracción del aceite de su semilla) y extensos campos despoblados,
debidamente cercados, pintándose de verde en la temporada de lluvias lo que
permitía que miles de cabezas de ganado pastaran y se reprodujeran. Así, en Sullana
y en Piura proliferaban los “centros de engorde” de los que fluían
imparablemente flotas de camiones trasladando a la ciudad de Lima encebados
vacunos para sacrificarse en los camales de la capital. Me consta por cuanto,
siendo estudiante universitario, tuve una actividad extracurricular manejando
los envíos de un importante centro de engorde.
En esos tiempos no se mencionaba otra
formidable riqueza dormida bajo el suelo: los ingentes recursos minerales,
prueba de lo cual, para nuestra desgracia e ignominia, es la actual y brutal
proliferación de la minería ilegal, sin pagar impuestos y contaminando el medio
ambiente, mientras, paralelamente, abundan piuranos de apariencia humana, pero
mente incalificable, oponiéndose a la explotación legal y formal de semejante
riqueza. Así, entonces, Raymondi, en la hora actual no diría: “El Perú es un
mendigo sentado en un banco de oro” sino “Los piuranos son unos estúpidos
sentados en un banco de oro!”.
Pero, los jóvenes de hogaño se preguntarán:
¿Qué sucedió con las riquezas mencionadas por este octogenario? ¿Acaso estará
desvariando? Si fuera cierto que se formularan tal inquietud, sería una prueba
más de que la educación está por los suelos, pues, quedaría demostrado que los
jóvenes de ahora desconocen la historia de su pueblo.