EL AGUA REGULADA (II)

Luis Gulman Checa
Publicado Diario El Tiempo 13-08-2014

¡Lo que se recibe gratis no se cuida ni valora! La frase revela una verdad incuestionable, demostrable al estar   las casas  a oscuras cuando todos duermen,  por cuanto habría que ser deficiente mental para gastar en energía a tales horas. Igual durante el día cuando los aparatos eléctricos (ventiladores, televisores, radios, licuadoras, etc., funcionan solo lo necesario. ¿Por qué cuidamos el consumo de energía eléctrica? Porque lejos de ser gratis cuesta mucho, lo contrario del AR.

Recordemos cómo estábamos A.F. (antes de Fujimori) en algunos servicios públicos, como la ya citada energía y telefonía. Ambos eran desastrosos por cuanto, igual que el AR actualmente, casi no valían nada originándose un perfecto círculo vicioso, pues si los operadores no recibían ingresos adecuados, ¿cómo iban a poder brindar buen servicio cuando  “del cuero salen las correas”? Así pues, pasando por alto el que fueron privatizados, ambos pasaron a ser magníficos y muy caros (en relación a su condición anterior).

Entonces es pertinente formularnos un cuestionamiento al respecto: ¿Entre AGP y AFF, quién fue el bueno y quién el malo, si durante el gobierno del primero los servicios eran muy baratos y con el segundo se encarecieron mucho? Aquí funciona una relación inversa; cuanto más baratos los servicios peor  el gobernante por populista,  por cuanto el populismo es una gran estafa resumible en una frase sencilla: ¡Pan para hoy, hambre para mañana! Conclusión: AGP fue más que malo y AFF  bueno.

Alguien argüirá que es imposible aplicar al AR su justiprecio porque los pobres  no podrían pagarlo. Ello es rebatible con una comparación: El brutal “gasolinazo” de agosto de 1990  afectó a todos los peruanos, de capitán a paje, desde quien conducía un Cadillac último modelo hasta el modesto propietario de una Moto taxi con la que se ganaba la vida. Sin embargo, no hubo turbas  en las calles, ni muertos, ni edificios públicos destruidos ni  grifos incendiados.  Hubo calma total,  las moto taxis  continuaron funcionando y las arcas fiscales engordaron.


Estimado lector, ¿le parece justo que el Estado (todos los peruanos) se “meta la mano al bolsillo” para reconstruir San Lorenzo   porque  irresponsable y quizá prevaricadoramente,  por décadas viene regalando el AR, cuyo valor debería ser el cuero del que salieran las correas para pagar la operación y el mantenimiento de las obras hidráulicas que requirió la Colonización?