EL AGUA REGULADA (FINAL)

Luis Gulman Checa

He desarrollado este tema para que  “abramos los ojos” aquilatando el  valor del AR, disponible gracias a cuantiosas inversiones del Estado y para  entender lo irracional de su desperdicio.

Cuando en 1986/87, la israelí Tahal realizaba el “Estudio de Factibilidad del Alto Piura”, con el jefe del proyecto  cruzamos  el  Canal de Derivación y le pregunté: ¿qué harían ustedes con esta agua? Maravillas. En cambio nosotros, contando además con miles de hectáreas que ellos ya quisieran, continuamos desperdiciándola. Por este recuerdo, en un artículo  propuse alquilar Piura a Israel.

Debemos reconocer que cuando nació el AR en Piura no sabíamos de  los sistemas presurizados de riego, lo que explicaría el desarrollo de Cieneguillo por inundación. Sin embargo, han transcurrido más de 30 años que los conocemos  y continuamos desperdiciándola con obsoletos sistemas de riego y cultivos no idóneos.

Siendo imposible presurizar todo el riego, es imperativo,  en las áreas agrícolas tradicionales, fijarle un valor que obligue  a estimarla, igual que semillas, fertilizantes y pesticidas,  pagados por adelantado.

De no enmendar, perderíamos la oportunidad de convertirnos en un PARAÍSO AGRÍCOLA. Tenemos todo para lograrlo: agua, suelo y clima. Entonces, ¿qué nos falta?  Una clase dirigente capaz e idónea, que no es, por supuesto, la que cree que las gestiones se miden según el fierro, cemento y asfalto empleados.

Repliquemos lo hecho en San Martín donde cambiaron cocales por cultivos valiosos de exportación y eliminemos el arroz de los Planes de Cultivo con AR, porque además de insumir mucha agua y ensalinar el suelo, ha reducido al mínimo la oferta de puestos de trabajo.

Si lo propuesto se hiciera realidad, nuestras ciudades quedarían limpias de las lacras actuales: pandilleros, taxis, mototaxis y motos lineales.














Otra remembranza: en 1987 el Ing. Arturo Franco Pebe, supervisor del Estudio ya referido que realizaba el consorcio Tahal-Ascosesa, viajó invitado a Israel. A su vuelta, entre otras cosas, me dijo: ¿sabes cuánto cuesta el agua en Israel?, 12 centavos de dólar el m3, y si gastas más de lo debido te penalizan fuertemente.

Me pregunto: ¿cuánto costará ahora? Será formidable para nosotros cuando empecemos a poner en práctica los buenos ejemplos, como el israelita.