CARTA A PAPA NOEL

 

(Piura, 22 diciembre 2021)

 

Luis Gulman Checa

 

Mi mente se retrotrajo varias décadas recordando cómo Papa Noel atendía nuestros pedidos infantiles cada 25 de diciembre, lo que me lleva ahora que transcurrió tanto tiempo y nos hallamos al borde del precipicio, con la soga al cuello o como se prefiera definir la atroz y vergonzosa situación que venimos atravesando los peruanos y, especialmente, los piuranos; a rogarle mueva sus contactos e influencias allá por las alturas en las que él opera para liberarnos de la terrible peste que nosotros mismos nos inoculamos, como ha sido el venir eligiendo desde tiempo atrás como gobernantes, en todos los niveles, a una mayoría de ignaros, impresentables y corruptos.

 

Así, entonces,  pocos meses atrás aplicamos la gota que derramó el vaso cuando  elegimos como presidente de la República un sujeto indefinible e incalificable, el cual, sin lugar a la menor duda, significa un baldón, lacra o estigma para la ya ajada y maltratada historia patria.

 

Cualquier persona con un adarme de sentido común tiene que sentir que el Perú devino en un gigantesco circo cuyo único número es un payaso soso y aburrido quien no libra su hueca cabeza de un sombrero (la gente normal los usa para protegerse de los rayos solares) aunque se encuentre protegido en antaño señeros edificios, como, por ejemplo,  el Congreso de la República sea de día o de noche. Es decir, UN PAYASO A TIEMPO COMPLETO.

 

¡Por favor, te ruego de todo corazón, recordado papa Noel, veas la forma no solo de liberarnos de la citada peste que viene poniendo en riesgo nuestras vidas, especialmente las de los más necesitados como, por ejemplo, los cientos de miles de peruanos  dependiendo directa e indirectamente de la minería que por culpa del citado payaso están quedando desempleados; sino también ilumines nuestras mentes para que, en el futuro, cuando acudamos a las urnas, imitemos a los pollinos que jamás tropiezan con la misma piedra,   no volviendo a elegir  sujetos de tan baja calaña!

 

Si te dieras una vuelta por Piura al mando de tu mágico trineo, quedarías horrorizado no únicamente  ante el desastre abatido sobre nuestra agricultura, la cual, en vez del vergel maravilloso que debiera ser gracias tanto a los dones que nos regaló la naturaleza como a formidables obras de infraestructura de riego construidas años atrás, apenas muestra unos cuantos oasis de verdor y esplendor mayormente ubicados fuera de las feraces áreas de cultivo por ahora criminalmente desperdiciadas; sino también por el desastroso estado que muestra nuestra ciudad capital, Piura, antaña limpia, organizada y vivible y actualmente devenida en antro de suciedad y caótico desorden.

 

¡OJALÁ  ESCUCHES  ESTE RUEGO!