MALDITA PRENSA AMARILLA
(Piura, 14 marzo 2024)
Luis Gulman Checa
Hoy, a primera hora, cuando veo los canales
nacionales, oí un locutor expresando lo siguiente:
Bus, sin SOAT y
cuchocientas papeletas, asesina a un mototaxista.
Vayamos analizando el brutal amarillismo
(falsedad) inmerso en ella:
1.
Casi
con toda seguridad el conductor (el asesino), no era dueño del bus, ergo, la
carencia del SOAT era responsabilidad del propietario.
2.
Asimismo,
lo más probable era que los conductores variaran con el correr del tiempo,
razón por la que las papeletas no debieran ser achacadas al “asesino” sin una
previa comprobación.
3.
Asesinato,
según la RAE, se define así: “Dar muerte a una persona con alevosía, por medio
de precio, recompensa o promesa, con ensañamiento, etc.
En consecuencia, hasta un pollino entiende que
el conductor del Bus fue actor, circunstancial, de un homicidio culposo,
ubicado, en el Código Penal, a años luz del asesinato. ¿De qué Universidad
habrá egresado el citado “periodista”?
Para elevar a la enésima potencia el maldito
amarillismo, en el video, repetido cien veces, se aprecia claramente que el bus
viene avanzando a velocidad normal por una vía preferencial, cuando, abrupta,
irracional y suicidamente, un mototaxi aparece de una transversal
obstaculizando el paso del vehículo mayor. Sin embargo, el “asesino” maniobra
para no impactar al virtual suicida, aunque no pudo evitar arrollarlo.
Imagino que, en un país auténtico, el
desgraciado, en este caso el “asesino” mas no el suicida, demandaría al
periodista y/o al canal por Difamación Agravada, pues, reitero, hay que ser una
real bestia para calificar de asesino a un homicida culposo. Además, no tengo
la menor duda que cuando el proceso al “asesino” culmine (quizá luego de diez
años dada la celeridad de nuestro sistema de justicia), será declarado
inocente.
De repente me vino a la memoria reciente
información aparecida en “Correo”, Piura, dando cuenta de la muerte de un joven
tras asaltar a un grifero y quitarle el dinero. Me llamó la atención que al
delincuente lo envolvieran en un aura de heroísmo, sugiriendo haber sido
asesinado.