SUNAT: ¿TIGRE DE PAPEL?

SUNAT: ¿TIGRE DE PAPEL?

Luis Gulman Checa

Tremenda decepción sufrimos los ciudadanos comunes y corrientes de nuestro maltratado y vapuleado Perú al enterarnos que la formidable y todopoderosa Sunat, supuesto infranqueable cancerbero encargado de cuidar que el fisco reciba “oportunamente” los pagos que las personas, naturales y/o jurídicas, están obligadas a efectuar por impuestos, aportaciones u otras obligaciones; distaba de ser tan competente como aparentaba. Esto es más chocante ante los avisos ¿aterrorizantes? que suele publicar, como el siguiente colocado sobre un ojo inquisidor: “Te estamos Mirando - No te arriesgues”. ¿Hacia dónde miraba el ojo mientras se iba consolidando tremenda lista de omisos?

Esta revelación ha sido aún más decepcionante porque el ente recaudador es tenaz acosador de los pequeños aportantes a los que atormenta, amenaza y embarga tan luego cometen un pequeño traspié en el pago de sus obligaciones. Entonces, ¿cuál es la norma o razón que le permite utilizar diferentes reglas para medir a los ciudadanos cuando, constitucionalmente, todos somos iguales ante la ley y, asimismo, ésta no puede hacer distingos entre las personas?

¿Con qué cara se atrevería un funcionario de la Sunat notificar a un modesto contribuyente que se retrasó en el pago oportuno de S/. 500.00 ¿miserables? soles, cuando, ante el asombro y pasmo ciudadano, no ha sido capaz o no quiso cobrar .miles de millones a otros? Esta situación deviene en sumamente grave por cuanto podría generar una reacción similar a la adoptada por miles de clientes de la EPS Grau, quienes se niegan a cancelarle sus facturas. Así también, los contribuyentes podrían argumentar lo siguiente: ¿por qué yo sí voy a pagar impuestos y contribuciones habiendo un listado interminable de personas e instituciones que no lo hacen?, terminando con el siguiente mensaje: “Después que le cobres a tu recua de morosos, me avisas para ponerme al día”.

Esta lamentable y decepcionante situación debería servir para plantearnos algunas reflexiones, como, por ejemplo, ¿qué es más trascendente para el país, este forado al erario por la incompetencia y/o negligencia del auténtico “tigre de papel” que resultó ser la Sunat, o comerse cien pollos, matar perros bullosos, lavar pies pestíferos, recortar y robar sueldos, lavar y planchar ropa ajena o calentar curul por quien tiene condena por robar energía al Estado; hechos todos imputados a diversos congresistas que sí han demandado tiempo y atención del Primer Poder del Estado? Entonces, si a pesar del tiempo transcurrido desde que la información se hizo pública, el Congreso no le ha dedicado aunque sea ni un segundo al tema, ¿acaso la ciudadanía no debería preocuparse?

Otra obvia consideración tiene que ver con el abrupto cambio producido en la escala de valores a raíz de la revelación que la Sunat resultó ser un fiasco, pues, a la luz de los hechos, los “buenos” funcionarios devendrían en virtuales simplones y, por lo contrario, los “malos” serían los eficientes y emprendedores. ¿Por qué tal conclusión? La explico con un ejemplo: todos quienes van a Chiclayo vuelven “llenándose la boca” de lo bien que está la ciudad, especialmente ante el deplorable estado de la nuestra. Sin embargo, mientras acá somos fieles cumplidores de nuestras obligaciones tributarias, la Municipalidad de Chiclayo debe S/. 165’562,542.00 que jamás pagarán sin consecuencia alguna. Por ello, una vez más mis rendidos y sinceros respetos a los chiclayanos, por cuanto, no sólo nos dieron una lección de eficacia y unión regional cuando se apropiaron de nuestra agua del río Huancabamba, sino que ahora nos muestran una vía para mejorar nuestro deplorable nivel de vida: en vez de pagar a la Sunat, que no tiene dientes para las Municipalidades, usar tales recursos para adecentar nuestra ciudad que tanto lo necesita. ¿Vamos a imitarlos o seguiremos siendo los “tontos del barrio”?

Por la tiranía del espacio, formularé una última reflexión dejando varias otras en el tintero: y los fabulosos funcionarios que viven con “el cuchillo entre los dientes” prestos a liquidar a quienes infringen las normas, es decir, los integrantes del “tremendo” Sistema Nacional de Control, ¿hacia qué lado miraban cuando los responsables de las Entidades públicas morosas disponían a su antojo de estos recursos en vez de “alinearse” con la Sunat?

Piura, 01 octubre del 2009

(Publicado en Suplemento La Semana – Diario El Tiempo)