¿Contentando a la chiquillada?

¿Contentando a la chiquillada?

Luis Gulman Checa

Leyendo la información referida al viaje de la más alta autoridad regional a la provincia de Ayabaca para entregar quince motocicletas a diversos puestos de salud, además de plantear múltiples ofrecimientos de obras y regalos futuros; me vino a la mente mi periódica compra de cinco gomas de mascar coloridas y sabrosas por el módico precio de un nuevo sol, lo que me permite quedar como un príncipe magnánimo y generoso con mis pequeños e inocentes nietos, quienes me abruman a besos, abrazos y agradecimientos.

No habiendo la menor duda de que el objetivo de ambas acciones es exactamente el mismo: congraciarnos y ganarnos el favor y buena voluntad de los obsequiados, sus intríngulis y motivaciones tienen claras e importantes diferencias, siendo la más clara y obvia que, mientras el nuevo sol sale de mi monedero, las motocicletas -y todos los bienes obsequiados y/o entregados periódicamente, no sólo por nuestro Presidente Regional, sino por otros funcionarios a lo largo y ancho del país como si la Navidad se diera cada día se adquirieron con dinero del erario público, es decir, con recursos pertenecientes a todos los peruanos.
¿Cuál será el porcentaje de nuestros compatriotas - obligados a votar en cada proceso electoral porque, de no hacerlo, la multa sería impagable para ellos que creen de buena fe que quien les entrega algo que les será útil les está haciendo un obsequio personal? Sin duda muy elevado, debiendo ser tal la razón por la que vemos a tantos funcionarios quienes, además de provocar inconmensurable vergüenza ajena en quien tenga “dos dedos de frente”, malversan tiempo y dinero usando bienes del Estado en realizar proselitismo político personal, porque tal es la correcta definición de tales entregas.No obstante, usted, estimado lector, con justicia podría pensar que el suscrito exagera al llegar a tan drástica conclusión, porque tampoco puede considerarse un pecado que nuestra autoridad, periódicamente, se vista de Papa Noel, haciéndolo, con mayor asiduidad, cuando alcanza a verse un proceso electoral en el horizonte. Efectivamente, este reparto de regalos no estaría del todo mal si se destinaran para ello los días feriados, en atención a las enormes y trascendentes tareas y responsabilidades que tienen sobre sus hombros autoridades de semejante calibre, al extremo que, aunque trabajaran las 24 horas del día, aún les faltaría tiempo.

Pero tampoco se trata de satanizar a nuestra autoridad, pues, acabamos de recibir la visita del señor Primer Ministro, don Javier Velásquez Quesquén, quien entregó personalmente buzos, calzados, uniformes y chompas escolares en la Institución Educativa 010 del A.H. Los Algarrobos, actividad en la que estuvo escoltado por don César Trelles. Entonces, ¿qué derecho tendríamos de censurar a nuestra autoridad si el propio Primer Ministro pierde el tiempo repartiendo chucherías frente a las vistosas y valiosas motocicletas “regaladas” en Ayabaca?

Viendo cómo se desenvuelven nuestros políticos de hogaño, me viene a la mente la visita que nos hizo Don Pedro Beltrán en los 60 en su calidad de Premier y Ministro de Hacienda y Comercio, instalándose en el campamento de la Colonización San Lorenzo, la que, como es obvio, estaba en pañales. Naturalmente que no fungió ni en sueños de Papa Noel, quizá porque en la época no existían ni eran necesarios comedores populares, clubes de madres ni vaso de leche, por lo que empleó el tiempo trabajando con los responsables informándose, inquiriendo, tomando decisiones y dictando decisivas disposiciones.
Es por evocaciones como ésta que no puedo dejar de señalar el desconsuelo que sentí porque el lambayecano, en vez de malversar tiempo y dinero públicos en tareas que, obviamente, no son propias de quien se precie del cargo que desempeña; no aprovechó su venida a Piura para reunirse, por ejemplo, con el Ing. Freddy Aponte Guerrero, actual Gerente General del Chira-Piura, el primero y principal proyecto hidráulico del país que, increíble y lastimosamente, empezó a languidecer encontrándose al borde del colapso por el desprecio y abandono que recibe de su Pliego: el Gobierno Regional de Piura y, concreta y directamente, del Presidente Regional.
Ahora que está de moda hablar de lo formidablemente que avanza nuestro país, me atrevo a preguntarle a usted, estimado lector, ¿piensa que avanzamos o retrocedimos desde la remota época de don Pedro Beltrán Espantoso a la actual de don Javier Velásquez Quesquén?

(Publicado en diario El Tiempo de Piura el 27 de octubre 2009)