ALTO PIURA: La verdad al desnudo (V)

ALTO PIURA: LA VERDAD AL DESNUDO (V)

Luis Gulman Checa

El tiempo transcurrió y el periodo de César Trelles concluyó el 2010. Así, el 2011 asumió una persona casi virginal (al haber tenido  escarceos  públicos de la mano de José Aguilar, tanto como candidato a mandatario del gobierno regional en el 2006  como, al ser derrotado,  en la Municipalidad Provincial de Piura). Obviamente, me refiero a don Javier Atkins Lerggios.

El cambio entrañaba una gran esperanza para la ciudadanía, demostrada por su  arrolladora elección. Él, como lo pregonó durante la campaña,  iba a instaurar  honradez, capacidad técnica y eficiencia en  su mandato, a diferencia, repetía,  de la gestión de César Trelles signada por la corrupción e incompetencia. Como gesto definitorio de su compromiso, el símbolo de su movimiento fue una mano, obviamente limpia e impoluta.

Además,   tuvo el apoyo total de la Cámara de Comercio de Piura y del empresariado,  sector básico por ser el motor que mueve la economía, hace crecer el país y ofrece puestos de trabajo  bien remunerados. Claro, como es natural y por definición, su objetivo primario,  por delante de todo lo expresado, es ganar la mayor cantidad de dinero, es decir, hacer negocios donde sea posible.

Entonces, con el nuevo mandatario en el poder, aureolado como exitoso y experimentado y magníficamente apoyado; se tenía la certeza  que, con semejante equipo, enderezaría en un santiamén los entuertos  perpetrados por el mandatario saliente. Así, el manejo del contrato del Alto Piura se corregiría y las obras se ejecutarían debidamente. ¿Sucedió así?

Empecemos analizando su gestión en lo referido a los proyectos de desarrollo: Chira Piura y Alto Piura.  Desastre total al  designar como gerentes generales, a “dos patas de la Urba”, cuyas calidades personales, familiares, académicas y/o sociales no osaría discutir por cuanto no solo no los conocía ni conozco, sino que ni sabía existían. Lo que sí sé con absoluta certeza, es que ambos, uno peor que el otro, nulidades absolutas para  desempeñar  los cargos encomendados. Sin embargo, no hubo ni una sola manifestación de alarma y/o llamada de atención.

Lamentablemente, no podemos ignorar un hecho punible: colocar a una persona no idónea en un puesto público es una forma, no muy disimulada, de malversar recursos fiscales, además del daño perpetrado a la institución. Los favores a los amigos se hacen con peculio propio y sin mellar la marcha del Estado.

Otro balde de agua fría fue, apenas asumió,  la “ruptura de palitos” con su vicepresidente, Maximiliano Ruíz, quien, no tengo duda, aportó significativo caudal de votos a la elección del mandatario. Así, quedó patente que el mentado Unidos Construyendo, auténtico “arroz con mango” que encandiló a los piuranos, era una entelequia sin   sustento ni cuadros profesionales  idóneos, armado solo para tomar el poder. ¿Con qué fines? Podría vislumbrarse a juzgar por las varias abruptas rupturas entre el mandatario y colaboradores muy cercanos.

Tampoco corrigió el dispendio de dinero en  ambos proyectos, pues, lejos de unificarlos, ahondó la huella de César Trelles, elevó las dietas de los consejeros al monto ya citado de S/. 3,700.00, usó y sigue usando estos cargos para incrementar los ingresos a los funcionarios foráneos que importó, por cuanto, reitero,  carecía absolutamente de  equipo técnico propio. Ejemplo: no me atrevo a precisar el número de gerentes generales del GRP que han pasado por el cargo, porque hace tiempo perdí la cuenta.

Ratificando su compromiso con la clase empresarial, designó presidente del Consejo Directivo del Alto Piura a un expresidente de la Cámara de Comercio, don Reynaldo Hilbck Guzmán, quien, además de tal responsabilidad por el contrato de obra que debía manejar la institución a su cargo, desde el inicio  se reveló como una persona de estrecha confianza del mandatario, hasta que, poco tiempo atrás, también “rompieron palitos”. ¿Cuál fue el detonante? A nadie parece importarle.

Fatalmente, a pesar de la enorme experiencia y materia gris “trabajando” a favor del Alto Piura, no hubo avance alguno ni creo lo haya en el futuro. Así, deviene en lógico preguntarnos por qué razón  tanta gente, aparentemente, competente y exitosa no pudo sacar adelante el proyecto.

La respuesta es más sencilla de lo que parece y, para explicarnos, usaremos un adagio: “Una cosa es con guitarra y otra con cajón”, cuya traducción sería: “Una cosa es hacer negocios con empresas propias, donde el dinero es oro en polvo, y otra, muy distinta,  conducir organismos públicos con dinero del Estado, o sea, ajeno, como lo prueba, por ejemplo, la prodigalidad al pagar dietas exorbitantes”. La situación se agrava cuando los improvisados y neófitos  funcionarios, ignoran los intríngulis de la administración pública.

Respaldando lo afirmado, recordemos al súper exitoso empresario, lamentablemente fallecido, Julio Favre Carranza, quien fracasó estrepitosamente cuando el expresidente Alan García Pérez, le encomendó comandar la reconstrucción del sur luego del terremoto del 2007.  

Blog del autor: lgulmanch.blogspot.com