ALTO PIURA: La verdad al desnudo (VI)


Luis Gulman Checa

Es difícil aceptar, debido a sus propias y graves imputaciones vertidas en el curso de la campaña, que la administración de don Javier Atkins Lerggios, tan luego asumió, no haya pasado por el más fino tamiz lo actuado por su antecesor en el Alto Piura. Entonces, por el monto del contrato y el irregular procedimiento de adjudicación, debió concluir que tendrían que haber habido temas turbios, hecho que siempre afecta la ejecución de los contratos.
En consecuencia, debemos especular que el resultado de dicho análisis tendría que haberle hecho “abrir los ojos” dedicando la mayor y más seria atención a la “papa caliente” recibida de su antecesor. Una digresión pertinente: así como el Alto Piura, también heredó la construcción de la carretera Tambogrande – Km. 21, modesta y simple “obrita” en comparación con la otra. Sin embargo, en este caso, sin titubear, rescindió el contrato unilateralmente (los procesos de arbitraje aún están en sus inicios por lo que su sucesor lidiará con el laudo), continuando la obra por Administración Directa. Obviamente, cualquier zamarrada inmersa en este contrato, tendría que haber sido propia de “pirañitas” comparada con los probables entuertos en el Alto Piura. Entonces, ¿por qué no aplicó el mismo criterio en ambos casos?

Ante el secretismo y falta de información oficial, debemos especular que, en el curso de los análisis referidos que tendrían que haber conllevado conversaciones y tratativas con el contratista Camargo Correa, éste podría haber expuesto millones de razones avalando la validez y conveniencia del contrato, las que, al no haber habido rescisión, habrían sido aceptadas. Sin embargo, por los nulos resultados, tales razones no sirvieron a nuestros intereses: la ejecución de la obra en el menor tiempo, al menor costo y con la mejor calidad constructiva posible.
Es innegable que, cuando Don Javier Atkins Lerggios asumió, el Alto Piura era la tarea más ardua y trascendente que tenía entre manos, razón por la que hasta un ciego y sordo hubiera sabido que debía encargar su conducción a personas probadamente experimentadas, competentes y que le merecieran confianza: es decir, idóneas. ¿Sucedió así? Mi rotunda respuesta es NO.

Ya me referí a la mala elección del Gerente General del Alto Piura y una pregunta cae de madura: sí el mandatario carecía de equipo técnico para gobernar, inundando el GRP con foráneos, ¿no halló en el país UNA persona idónea para encargarle tarea tan trascendente, más aún cuando debía enfrentar a un “lobo”, con dientes y garras afiladas? Pregunto a usted, estimado lector, ¿pediría a su retoño de cinco añitos, mediar en una riña entre robustos veinteañeros? Pues bien, eso hizo el mandatario designando un inexperto en la gerencia general del Alto Piura. ¿El resultado? De una parte, el nulo avance del tan anhelado y necesario proyecto y, de otra, el chorro imparable de dinero público que fluye incontenible a las arcas de contratista y supervisor.
Sin embargo, el mandatario rectificó, mudó al gerente general al Consejo Directivo y lo reemplazó, ¿con quién?, con don Edilberto Ñique Alarcón, quien ostenta tantos merecimientos académicos que evitó precisar para no incurrir en error. Él, trujillano, no llegó solo, pues trajo varios gerentes: Planificación, Infraestructura, Desarrollo Agrícola y Asesoría Legal, además de otras personas de rango menor. Obviamente, cada viernes por la tarde parten a sus lugares de origen por cuanto, en Chulucanas, solo están de paso.

¿Quién recomendaría a nuestro mandatario un profesional tan desconocido como laureado? ¿Algún acucioso hombre de prensa creyó conveniente preguntárselo públicamente? Digo ello en atención a que los gobernantes, al ser elegidos, no se convierten en zares sino en simples servidores nuestros, razón por la que, permanentemente, deben rendir cuenta de sus acciones.
¿Recuerdan al Ing. Edmundo Quevedo Ubillús? Sin duda debe ser de grata recordación para quienes emprendieron grandes desarrollos agrícolas en eriales piuranos cuando presidia la Autoridad Autónoma de la Cuenca Hidrográfica Chira Piura. Pues bien, dicho señor reemplazó a don EÑA al frente del proyecto Jequetepeque – Zaña y transcribo declaraciones suyas publicadas el 17 de abril del 2009:

“Por qué sale Ñique de acá. Porque cometió una falta grave, cobrar un derecho de luto y sepelio por concepto de muerte de su padre con 37 mil soles que era un exceso porque ahí junto con su padre mató a su mamá también. Su mamá ya había muerto antes, pero quiso enterrarlos juntos. Y toda su gente que tenía en los puestos claves aprobó eso, por eso sale Ñique, por eso lo sacan” Hay más.
¿Qué opina, estimado lector?

Blog del autor: lgulmanchblogspot.com
Publicado en Diario El Tiempo de Piura el 28 de noviembre del 2013.