ATLÉTICO GRAU: ¿SENTIMIENTO PIURANO?

28 mayo del 2014

Luis Gulman Checa

Es incongruente lo que viene aconteciendo con el club de fútbol Atlético Grau que alcanzó su máximo esplendor cuando fue presidido por Orlando Balarezo Calle y  paulatinamente fue perdiendo prestancia bajo el mando de diversas personalidades piuranas, hasta haber caído en la situación actual, convertido, si queremos ser claros, en un mendicante más como los tantos que desgraciadamente abundan en nuestras calles.

Todo indica que actualmente  con los equipos de fútbol  sucede lo mismo que con los mal llamados “partidos políticos”, los que, en el fondo, no tienen de lo uno ni de lo otro, limitándose a ser el “ómnibus” utilizado por el aventurero de turno para llegar a su meta soñada: alcaldía, gobierno regional o presidencia de la República.

Sin embargo Orlando, como antes que él José Augusto Cabredo que presidió al pentacampeón club piurano Estrella Roja; fueron personas auténticas que querían lo mejor para su tierra, pues no tengo la menor duda que ellos dedicaron tiempo, esfuerzo y dinero sin  intereses subalternos, salvo la gloria para sus equipos.

Si el Atlético Grau, como se afirma reiteradamente, es el máximo símbolo deportivo de  nuestra ciudad (en atención a que el fútbol es el rey de los deportes), ¿cómo es posible que ahora esté “jalándole el pantalón” a un extraño, creo que cajamarquino, para que se haga cargo de él a través de una suma ridícula, como serían, según he leído, dos millones de soles? Ojo, no nos equivoquemos, no es que dos millones sean un sencillo para “Pedro” o para “Juan”, mas, para la colectividad piurana, que “muere por el club de sus amores”, sí es una peseta.

¿Cómo recaudar dos millones de soles sin mendigarle a extraños? Fácil:

·         500 personas aportando          S/.  4,000.00 c/u

·         1,000 personas aportando             2,000.00 c/u

·         2,000 personas aportando             1,000.00 c/u

·         4,000 personas aportando               500.00 c/u


Si el club Atlético Grau realmente estuviera enraizado en nuestros corazones, ¿acaso no sería tarea sencilla acopiar estos recursos dejando así de dar vergüenza al mendigar recursos de extraños?