A N A L F A B E T I S M O
(Piura, 10 septiembre 2022)
Luis Gulman Checa
Se llama así la incapacidad de leer y escribir,
sin embargo, hay otra clase en la que, habiendo las personas pasado por la
escuela y siendo capaces de hacerlo, sus mentes no logran asimilar lo que dicen
las letras deviniendo así en analfabetos funcionales convirtiéndose en reales
rémoras para la sociedad.
Me motiva un hecho sorprendente e inexplicable
que comprobé cuando empecé a asistir al gimnasio de un club social cuyos
miembros, supuestamente, son personas de bien, educadas y, obviamente, saben
leer y escribir, figurando en la pared, con letras grandes y claras, el
siguiente aviso:
POR FAVOR DEVOLVER
LAS MANCUERNAS Y
DISCOS A SU LUGAR
GRACIAS
¿Cuál fue la brutal sorpresa que encontré? Que
gran cantidad de los asistentes al gimnasio saben leer pero no entienden lo que
leen, o, peor aún, se zurran en las normas y disposiciones, pues no otra
explicación hay para entender que tirados y regados por el suelo cunden
mancuernas y pesas constituyéndose en reales peligros para quienes ambulan en
el gimnasio, pues, como es fácil de entender, devienen en reales trampas
mortales.
Sin embargo, mirando tan lamentable situación a
través de otro cristal, podríamos llegar a la conclusión que tal hecho confirma
la razón por la que nuestro país presenta un estado deplorable, pues, como lo
revela el más elemental sentido común, condición fundamental para ser un “PAÍS
AUTÉNTICO” en que sus habitantes sean RESPETUOSOS, tanto de las normas vigentes
como del prójimo, es decir, exactamente lo contrario a lo que viene jodiendo al
Perú en el que, se incrementan como los cuyes, los mal nacidos que vienen arruinándonos
la vida.
Siendo lo expresado un hecho innegable no queda
otro camino que imponer la REPRESIÓN, es decir, sanción dura y rápida a tales “analfabetos”.
Ejemplos:
·
A
quien cruza avenidas a calles a media cuadra: Encerrarlo 48 horas en un calabozo a pan y agua.
·
A
quien circula en motocicleta con escape Libre: Bajarlo de la moto, rociarla con gasolina y prenderle fuego dándole al
conductor tres patadas en el culo.
·
Siga
usted, estimado lector.