PORKY: LA EMBARRASTE
(Piura, 31 agosto 2024)
Luis Gulman Checa
Acabo de ver una fotografía en las redes donde
aparece Porky abrazando, cariñosa y fraternalmente, a Juan José Díaz Dios, sí,
el mismo que, años atrás, fue congresista por Piura aupado por Rafael Rey, y, recientemente,
alcalde provincial de Piura, tarea que, según quedó claro para cualquier ser
m/m pensante, desempeñó, para nuestra desgracia, calamitosamente.
¿Debemos interpretar, a raíz del citado abrazo,
que Porky lo está acogiendo en sus “huestes” para su anunciada participación en
el (ojalá no llegue a producirse) próximo proceso para elegir presidente de la
República?
Si así fuera, el actual alcalde de Lima ya
perdió un voto si realmente fuera candidato y el proceso prosperara. ¿Cuál? El
del suscrito, por cuanto, tendría que estar loco para votar a favor de alguien
que está tan mal acompañado.
Una reflexión oportuna, respecto a las
condiciones de Porky, sería la siguiente: Si bien, indiscutiblemente, su
honradez y rectitud brillan y sobran en su personalidad, parece adolecer de un
grave defecto para alguien que aspira a desempeñar tarea tan enorme y
trascendente: la INGENUIDAD.
Poco tiempo atrás recibí información referida a
que, en su actual gestión, tiene muy cerca de sí a un asqueroso “topo”, el cual,
entre bambalinas, viene entorpeciendo y ensuciando su gestión. Si ello fuera
cierto, estaría quedando demostrado que su condición de católico ferviente y
practicante; le nubla la razón cuando se trata de espulgar a quienes se le
acercan.
Me trae a la memoria al arquitecto, FBT, a
quien considerando intachable, también creo le faltó “calle”, “olfato” y/o “malicia”,
razón por la que el inigualable Sofocleto lo ubicó NAVEGANDO EN SU NUBE, es
decir, con los pies fuera del suelo, lo que, muy probablemente, originó la
aparición de “Atila”, JVA.
Tampoco olvidemos que el Perú actual está tan
asolado por atroces lacras y males que, quien tome las riendas del gobierno,
sea por la vía que fuere, en modo alguno podrá sacarnos del mierdero en el que nos
debatimos con rosarios, procesiones ni misas con largas homilías y comuniones
masivas (como la vergonzosa que vimos el pasado 28 de julio con tato h. de p.
comulgando), sino con medidas diametralmente opuestas.
Concluyo con la siguiente reflexión:
¿Por qué diablos siguen
apareciendo en medios de toda clase tantos individuos que, tiempo atrás,
dejaron claro que eran reales corruptos, rateros e incapaces?