EN PIURA: ¿HAY PIURANOS?


(Piura, 22 febrero 2023)


Luis Gulman Checa


Me motiva el insolente periplo por nuestra tierra llevado a cabo por Verónica Mendoza, quien, para acrecentar  nuestra ignominia, contó con el apoyo vergonzoso de un ¿piurano?  (no señalo su nombre por higiene mental) al que antaño elegimos al Congreso, quien, cual perrito faldero la siguió y sin duda le abrió las puertas por donde le dio la gana de circular.


¿Cómo diablos se atreve esta cusqueña mezclada con francés  venir a nuestra tierra a tratar de inducirnos a seguir sus pasos de real TRAIDORA A LA PATRIA, calificativo que merecen todas y cada una de las personas seguidoras y aduladoras de los regímenes que han destrozado sus naciones y convertido en parias a sus habitantes, como, por ejemplo, Cuba y Venezuela?


Me pregunto cómo actuaron y/o qué medidas adoptaron nuestros ancestros el siglo antepasado cuando los envidiosos chilenos asolaron estas tierras. ¿Habrán permanecido indiferentes como acaba de suceder con la irrupción de la citada?


Si alguien dijera que en el país los ciudadanos son libres de circular por donde se les antoje y nadie puede hacer nada para evitarlo, le respondería que a esta persona debería habérsele suministrado su propia medicina, es decir, la que vienen aplicado destrozando el país sus compinches del sur, obstruyendo el flujo de vehículos y ciudadanos cortando el paso en diversas vías. Así, entonces, debió aplicársele una figurada patada ya saben dónde echándola de nuestra tierra, más aún cuando acá se votó mayoritariamente por Fujimori mas no por el ignaro, ladrón y delincuente felizmente suicidado, como gran regalo de Navidad para el país, quien, sin duda, jugaba para el mismo equipo de la intrusa.


Para acrecentar nuestra vergüenza e ignominia, algunos piuranos de nuestra serranía se dejaron seducir por el discurso de este émulo femenino de Satanás acatando su sugerencia de presentarse en la capital departamental siguiendo los pasos de los reales bestias que vienen jodiendo al país en el sur, es decir, protestar (aunque no tienen idea por qué y para qué lo hacen) sembrando caos y desorden, generando la paralización de las actividades de todo orden con los consiguientes  hambre y desocupación en la mayoría de la población ajena a este grupete de  ignaros incalificables.


Empeorando la actitud de los citados piuranos de las alturas, y, recordando las diversas pruebas de que la real motivación de los protestantes en el sur fue el pago en billetes; preguntémonos lo siguiente:


Los impolutos ronderos y guardianes de nuestra serranía, ¿también habrán sucumbido al olor del dinero?