I N C O H E R E N C I A
(Piura, 06 mayo 2023)
Luis Gulman Checa
Informativa.
Pues, mientras la edición de ayer de “El Tiempo” publicó una entrevista al Ing.
Rodolfo Rodríguez en su calidad de climatólogo reconocido, afirmando, usando
otros términos, que deviene en PAYASADA aventurarse a anunciar un FEN brutal
para el próximo año, el día de hoy aparece con la siguiente pachotada en
primera plana:
Si no se inician obras de prevención ahora, Piura entraría en colapso.
Especialista: Ejecutivo y municipios
desperdician el poco tiempo que queda para probable Niño. Se debe ejecutar
urgente plan de obras provisionales
Plan: GORE anuncia que en
15 días se habrán definido ejecutoras de obras. En 15 días MPP tendrá listo
expediente de pistas del centro.
¿Es
posible haya gente tan BURRA que, teniendo a la vista desmoronándose las
desastrosas defensas recién construidas, insista en seguir haciendo obras, a
tontas y a locas, cuando, para peor, hasta un ciego y sordo sabe que la
corrupción ha contaminado el Aparato Público de pies a cabeza?
¿Será
para reír o llorar el anuncio que, tras 15 días, la MPP tendrá listo el
Expediente Técnico para convocar la licitación para construir las pistas del
centro de la ciudad?
Es
inexplicable cómo tanto los medios como diversos “expertos” continúan con la
cantaleta de exigir la ejecución de obras, cuando, paralelamente, en el
departamento hay decenas de “obras” tiradas, abandonadas y/o sin fecha conocida
de culminación. No solo ello, pues hay otras concluidas y recibidas por las
entidades respectivas que al toque presentaron graves fallas o errores
constructivos, es decir, la OBRA PÚBLICA ESTÁ COLAPSADA.
Entonces,
ante tal realidad, ¿deviene en aceptable que gente pensante y honesta clame por
la ejecución de obras, o, por lo contrario, debieran pedir no se gasta ni un
sol del erario hasta que se garantice que los recursos serán pulcramente
manejados tanto técnica como
racionalmente?
Como
debe pensarse bien antes que hacerlo mal, no acusaré a quienes vienen exigiendo
obras que recibirían una tajada de la torta que los rateros y corruptos vienen
rapiñando, optando, por lo contrario, calificarlos como deficientes mentales.