SEÑOR: PROTÉGENOS DE “EL TIEMPO”

 

(Piura, 13 MAYO 2023)

 

Luis Gulman Checa

 

La edición de la víspera del diario, tan luego vi la tercera página, de primera intención trasladó mi mente décadas atrás cuando éramos jóvenes deportistas múltiples recordando a Manolo Arribas y su esposa Laurita Berendson, con quienes disfrutamos innumerables encuentros en canchas de tenis y bádminton, respectivamente. Eran tiempos felices en nuestra Piura de antaño porque ni los brujos de las Huaringas pudieron adivinar la desgracia que nos deparaba el futuro, encarnada,  fatalmente, en un piurano: Juan Velasco Alvarado.

 

Tan maligna aparición originó la desaparición de Piura de familias enteras, también la de Manolo y Laurita cuando el menor de sus hijos, Juan Manuel, quizá aún usaba pañales. Por ello, la segunda impresión que me abrumó, fue ver la fotografía de una persona, hecha y derecha, de poblada barba y penetrante mirada reveladora de carácter fuerte y firme voluntad, no siendo otro que el  hijo menor de la familia.

 

Al grano. Recurriendo a Google, me enteré que el citado es presidente de “Hombro a Hombro”, organización sin fines de lucro sita en Santiago de Surco, Lima,  auto definida así:

 

Lideramos los esfuerzos de la empresa privada en la preparación y atención temprana ante desastres en el Perú.

 

Así, entonces, es fácil entender la razón del epígrafe, pues el diario recurrió a un piurano de nacimiento encumbrado lejos de su tierra (como tantos otros que tiraron al tacho de la basura el recuerdo de sus raíces y antecesores “alimenándose” hasta el tuétano) para seguir con su nefasta cantaleta referida a que estamos ad portas de ser brutalmente destrozados por un diluvio que se desatará sobre nosotros el próximo verano.

 

La entrevista se desarrolló dando por descontado que a fines del presente e inicios del próximo año Piura será víctima de un Niño Global, por lo que Juan Manuel se despachó reseñando sin número de calamidades que convertirán nuestra vida en un infierno e instando a la prensa y ciudadanía se movilice vía marchas (aunque sin imitar a los “bestias” del sur tiempo atrás) exigiendo a las autoridades llevar a cabo, en el término de la distancia, una serie de obras y acciones para evitar que las futuras brutales avenidas destrocen las ciudades.

 

Sin embargo, me llamó poderosamente la atención su siguiente declaración:

 

Lo elemental es reforzar todas las riberas del río para evitar que el agua entre a las ciudades pero lo más importante es hacerle camino al agua para que se vaya y no moleste a la gente y eso significa des colmatación.

 

No tengo la menor duda que Juan Manuel, al verter tales declaraciones, estaba imbuido de la mejor de las intenciones y su real y auténtico propósito fue instar a las autoridades a movilizarse en defensa de nuestras vidas y patrimonio. Pero, es evidente  desconoce la triste realidad abatida sobre nosotros, no debida a esporádicas lluvias sino a una peste o lacra que nos caló hasta los huesos  desde años atrás:

 

La corrupción generalizada que infectó el Aparato Público, deviniendo en  irracional (al descartar absolutamente que sea cómplice) proponer poner en sus manos sumas ingentes de dinero.

 

Termino afirmando que los rapiñadores y rateros del erario a través de la perversión de la obra pública, habrán celebrado al infinito las comentadas declaraciones.