A raíz del escándalo brasilero.

R E C O R D A N D O

(Piura, 24 agosto del 2015)

Luis Gulman Checa

En el mes de octubre del año 2004, casi once años atrás, el suscrito, en la página editorial del diario “El Tiempo”, escribió el siguiente artículo dividido en cuatro capítulos publicados semanalmente:

CONCESIÓN DE OLMOS: ¿AL ESTILO MAFIOSO?

Como es usual en el país, a pesar de la contundencia y veracidad de las denuncias formuladas demostrando lo írrito y nulo en que devino el llamado proceso de concesión, no pasó nada, nadie vio ni oyó en el país, todos quienes debieron “saltar hasta el techo” permanecieron sordos y mudos como ha sucedido siempre en nuestra historia cada vez que fuimos saqueados (como fue el caso de dicha concesión) por peruanos traidores coimeados por extranjeros ávidos.

Como es sabido, la concesión fue otorgada a la empresa constructora Odebrecht, cuyo actual mandamás, Marcelo Odebrecht, ha sido encarcelado en su país, Brasil,  al haber quedado plenamente demostrado que las obras que había logrado adjudicarse, a lo largo y ancho del mundo, previamente habían requerido “comprar consciencias”, “romper manos” o “coimear”, como se prefiera; a los representantes de la contraparte.

¿Habrá algunos tan “caídos del palto” que sostengan que la única adjudicación lícitamente lograda por esta empresa  - probadamente comprometida con prácticas corruptas - fue la Concesión de Olmos?

Esta  concesión fue un proceso manejado al alimón entre el Gobierno Regional de Lambayeque (Yehude Simon) y Proinversión (motejada como Pro corrupción por el suscrito), habiéndose desarrollado y concretado durante el gobierno de Alejandro Toledo (¿Ecoteva?).

El 22.07.2004 se suscribió en Palacio de Gobierno el Contrato de Concesión para la Construcción Operación y Mantenimiento de las Obras de Trasvase del Proyecto Olmos con la participación del presidente de la República, Dr. Alejandro Toledo, el presidente del Gobierno Regional de Lambayeque, Dr. Yehude Simon y el representante de Concesionaria Trasvase Olmos S.A. (constituida por la constructora Norberto Odebrecht), Sr. Jorge Barata.

Relataré un hecho que sirvió para reforzar mi convencimiento de que la principal razón por la que nuestro país no logra salir adelante es la corrupción que tenemos metida hasta los huesos:

A principios de noviembre del 2004, envié a Marco Zileri, de Caretas,  vía Fax, los cuatro capítulos del citado artículo. Pasados dos o tres días sonó mi teléfono móvil  m/m a las 20.00 horas. Era Marco, excitadísimo, diciéndome que el artículo era una bomba y repitió varias veces la frase: “Esto mata”.
Me pidió algunas informaciones adicionales -  que le envié de inmediato - y cerró la conversación asegurando que, en el próximo número de Caretas, publicaría un informe demoledor.

¿Apareció tal informe en Caretas? Nunca.  Jamás. Naturalmente, el suscrito  sería incapaz de siquiera insinuar que Marco, en vez de publicar el informe como fue su primera y natural reacción, pasadas las horas, luego de cambiar ideas con alguna otra persona, optó por ponerse en contacto con  Odebrecht diciéndole: “mira lo que tengo en mis manos, qué te parece, qué sucedería si lo publico”, con la finalidad de conseguir alguna contra prestación por obviar el tema.  Todo lo contrario, pienso, como persona de bien, que sopesó el asunto y decidió que era más conveniente para el país que la mafiosa concesión siguiera adelante. Nunca más tuve noticia alguna de Marco.

En honor a la verdad y como merecido y justo reconocimiento a dos personas -lamentablemente fallecidas - con las que mantuve lazos muy estrechos: Aleksandar Milojevic y Yasna Sotelo, ambos yugoslavos por nacimiento pero piuranos con DNI por decisión propia; debo decir que en gran medida me fue posible escribirlo gracias a la información recibida de ambos.

Odebrecht no es la única constructora brasilera inmersa en este escándalo, pues, entre otras, la nuestra, la del Alto Piura, Camargo Correa, también está “hasta el cuello” al extremo que ha optado por algo equivalente a la “confesión sincera”, es decir, agachar la cabeza aceptando la corrupción que la infecta para lograr “rebaja de la pena”. Ojalá, la investigación en marcha en el Brasil, permita señalar y sentenciar a los corrompidos peruanos y piuranos, que se “bajaron los pantalones en Olmos” y echaron por el desagüe el Alto Piura

Finalmente, para quien tenga interés, puede encontrar el artículo en el blog del suscrito: lgulmanch.blogspot.com