TRISTE Y PROCUPANTE NOTICIA

 

(Piura, 19 noviembre 2021)

 

Luis Gulman Checa

 

La aparecida en portada de “El Tiempo”, edición de la fecha, con macabra fotografía, dando cuenta del colapso del Canal Tablazo de la Colonización San Lorenzo poniendo en grave riesgo el suministro de agua a casi toda el área de la misma y, también, la necesaria para atender a las poblaciones.

 

Vale la pena analizar las declaraciones de don Darío Castillo, presidente de la Junta de Usuarios:

 

“El canal Tablazo está en cuidados intensivos desde hace muchos años atrás y esperamos que nuestras autoridades reaccionen a tiempo para acelerar su reconstrucción”

 

Aunque, en principio, parezca exagerado, la citada invocación equivale a que un taxista o moto taxista, al sufrir la rotura de una llanta de su vehículo, en vez de proceder a reemplazarla con su propio peculio, exigiera que fueran las autoridades quienes se encargaran de reponerla.

 

Recordemos que las autoridades invocadas por don Darío, varias décadas atrás, cumplieron ampliamente con los Colonos cuando construyeron el íntegro de la infraestructura hidráulica y se la entregaron para su operación y mantenimiento. Así, volviendo al ejemplo anterior, ambos conductores, taxistas y moto taxistas, corren con los gastos requeridos para mantener sus vehículos, lo que nos debe llevar a concluir que los colonos, luego de haber sido bendecidos con la ejecución de tremenda obra, tenían el deber/responsabilidad/compromiso de hacerse cargo de su operación y MANTENIMIENTO. Entonces, de haber cumplido pulcra y puntualmente con sus deberes, hoy por hoy no seríamos testigos de semejante desastre, el cual, como ha sido demostrado, se originó tanto por negligencia criminal como por CONCHA SUPERLATIVA pretendiendo que el Estado, es decir, todos y cada uno de los peruanos, mantengamos la  infraestructura eternamente mientras ellos, literalmente, se rascan las bolas.

 

Una vez más, llamando al pan pan y al vino vino,  comparemos la Colonización con el valle del Alto Piura, el cual, pese a haber sido usado para que una larga recua  de pícaros rapiñe el erario, no ha recibido beneficios ni dádivas como si lo han hecho los lloriqueantes colonos. Sin embargo, a pesar de ello, cuenta con amplias áreas de prósperos y relucientes cultivos porque los conductores BAILAN CON SU PROPIO PAÑUELO perforando, operando y manteniendo los pozos tubulares extrayendo agua del reservorio natural en el sub suelo. Obviamente, como ellos sí pagan cada centavo del costo real del agua, no cometen la estupidez de sembrar arroz y, también, optan por utilizar sistemas de riego presurizados para SACARLE EL JUGO al agua.

 

Colonos: Aprendan y dejen de lloriquear.