CAPECO: TOMANDO EL
RÁBANO POR LAS HOJAS
(Piura, 04 noviembre
2023)
Luis Gulman Checa
Desconcertante, penosa y lamentable la amplia
información aparecida en “El Tiempo”, edición de la víspera, respecto a proposición
de la Cámara Peruana de la Construcción (CAPECO) con el fin de reactivar el
sector construcción.
Sumilla introductoria: EL SECTOS
CONSTRUCCIÓN PODRÍA RECUPERARSE SI SE DESTRABARAN 26 MIL MILLONES DE SOLES EN
OBRAS ACTUALMENTE PARALIZADAS. EL GREMIO SUGIERE CÓMO HACERLO.
En concreto, proponen que Contraloría, el OSCE
y la entidad pública concernida trabajen conjuntamente para hallar una solución
a cada caso, añadiendo la siguiente “perla”: SI SOLO SE DEJA AL FUNCIONARIO DE
LA ENTIDAD QUE RESUELVA, NUNCA LO VA A HACER PORQUE SIEMPRE TENDRÁ MIEDO QUE
OSCE Y CONTRALORÍA CUESTIONEN SU DECISIÓN.
La primera reflexión que debiera venir a
nuestra mente, luego de tremendo disparate, es que los funcionarios actuales no
estarían calificados, ni siquiera, para actuar como guachimanes. ¿Por qué? Por
cuanto un funcionario auténtico es amo y señor de la entidad a su cargo y está
facultado para solucionar cualquier tipo de problema que aparezca en el curso
de la ejecución de una obra.
Antes de entrar al meollo consideremos que tal
propuesta equivale a constituir una COMISIÓN (igual o más perversa que la
flamante propuesta por la ministra de
Vivienda, Hania Pérez de Cuellar, para solucionar la problemática de
desabastecimiento de agua y alcantarillado que padece por más de 40 años la
provincia petrolera). ¿Por qué? Por cuanto nunca debemos olvidar la frase de
Napoleón: “Cuando deseo que un problema jamás sea resuelto, creo una comisión”.
Al Director Ejecutivo de CAPECO, Guido
Valdivia, quien, sin duda cuenta en su despacho con certificados de muchos
títulos, me atrevo, modestamente, sin méritos ni grandes calificativos, a enmendarle la plana, pues, habiendo estado
al frente de varios organismos públicos y, obviamente, llevado a cabo
innumerables Obras y Estudios, todos llevados a cabo como Dios manda, en vez de
temerle a Contraloría opté por poner en sus manos la PAPA CALIENTE para obtener
su visto bueno o aprobación, antes de finiquitar el acuerdo o solución al
problema. Así, entonces, en los cuatro casos que afronté, obtuve la aprobación
en el término de la distancia.
Termina refiriéndose a “obras pequeñas” de
gobiernos locales y regionales por administración directa que carecen de
control proponiendo se trabaje con los colegios profesionales, olvidando que
los únicos responsables de los problemas que aquejan la Obra Pública son,
obligadamente, miembros del CIP.
Aterrice, señor
Valdivia.