CLUB GRAU: OTRA VEZ,
ANDRÉS
(Piura, 22 noviembre
2023)
Luis Gulman Checa
Empezaré reconociendo el grave error perpetrado
en anterior artículo referido a la proliferación de listas de candidatos postulándose
para regir los destinos de la más que centenaria institución por el período de
dos años a partir del próximo 1* de enero, por cuanto, menoscabando el desmedido
afán por servir de nuestros asociados, dije que eran CUATRO las listas en
carrera, cuando, en realidad, el número asciendo a SEIS, es decir, 50% más de socios
dispuestos a sacrificarse por nosotros.
Preciso, si alguien creyera que estoy siendo
peyorativo, que hablo por experiencia, pues, cuando se festejó el Centenario de
la institución, siendo presidente Don Manuel Burneo Fossa, el suscrito era vice
y recayó sobre mis hombros organizar y dirigir todos los festejos conmemorativos.
Así, por ejemplo, viaje a Lima para invitar personalmente en su despacho de la
presidencia del Senado al Dr. Luis Alberto Sánchez, quien, luego de oírme, dijo:
“llueve o truene, voy”. Así fue y la
conmemoración fue un éxito. Es por tal experiencia que conozco, a ciencia
cierta, que el desempeño de estos cargos requiere que el interesado sacrifique mucho
de su tiempo y dinero.
El motivo concreto del presente es hacer pública
la conmoción que le causó a mi espíritu observar una placa en la recién remodelada
puerta de ingreso al club, en la que se rendía homenaje y pleitesía al actual
presidente, cuyo nombre ni recuerdo ni mencionaré preservando mi hígado, adjudicándose,
debe suponerse, el mérito por tal hecho. Imaginemos cuántas placas como tal
esperpento estarían diseminadas en nuestro amplio local si cada uno de los
presidentes de antaño hubieran actuado como el incalificable y huachafo de
hogaño.
Dicho ello, votaré a favor del candidato que se
comprometa no solo a retirar tan vergonzosa placa del frontis del club tan
luego asuma la presidencia, sino, obviamente, a exigir al perpetrador de tremendo
disparate resarcir al club el monto, tirado a la basura, que se gastó en ello.
Termino haciendo votos para que el Club Grau,
del cual soy socio desde 64 años atrás, jamás pierda la condición de señera
institución de la sociedad piurana, pues, al fin y al cabo es, sino estoy
errado, la más antigua.