Luis Gulman Checa
El piurano, friano chulucanense, ex Presidente de la Corte Suprema y del Poder Judicial, actualmente maltratado, vapuleado y zarandeado supuestamente por haber aceptado una invitación; en realidad ha sido condenado a la hoguera al haber violado con premeditación y alevosía todas las normas aceptadas e imperantes en nuestro país, como paso a demostrar:
• ¿Acaso colmó las planillas de su Sector con amigos, compadres, parientes, fámulos, guachimanes de chacra; tanto suyos como de su esposa? NO.
• ¿Acaso, recibiendo emolumentos equivalentes a 10, ostentó un tren de vida como si recibiera 500? NO.
• ¿Acaso, coincidentemente con el desempeño de tan altos cargos, aprovechó para mudar su domicilio de la “invasión” a la “urbanización”? NO.
• ¿Acaso, amparado por un juez suplente de algún remoto juzgado, pretendió recuperar por asalto algún cargo del que había sido vacado? NO.
• ¿Acaso, en el ejercicio de su vida pública, ambuló como prostituta cambiando de “amo” acomodándose al curso del viento imperante, para saciar sus apetitos y afán de figuración? NO.
• ¿Acaso, luego de entregado el cargo a su sucesor, se le sindicó de haber recibido dinero sucio o de contrabando de divisas? NO.
Mas, Francisco Távara Córdova, no sólo contravino las normas establecidas y precisadas líneas arriba sino también todas las demás de igual jaez. que vienen signando el empoderamiento de la corrupción en nuestro país; por cuanto, para colmo de su desgracia, puso el cuello en la guillotina al tener la osadía de desempeñarse digna, leal y ejemplarmente como cabeza del Poder Judicial, al extremo que logró sembrar al interior de la ciudadanía la sensación de que sí era posible que, tan trascendente institución pública, pudiera alcanzar los niveles de pulcritud que todos los peruanos de bien deseamos.
¿Qué pecado cometió realmente FTC? Uno gravísimo: por ser justo, honesto y bien nacido, no reparó ni tuvo en cuenta el aserto aquél de que “El ladrón juzga por su condición”, de modo que, todos y cada uno de quienes lo están crucificando por aceptar la ya famosa invitación, revelan claramente que ellos sí venderían su alma por un “plato de lentejas”, en el caso presente, representado por el bendito viaje a París para rendirle homenaje a Vallejo. A propósito, afirmar, como lo ha hecho quien, para desgracia del Poder Judicial lo ha reemplazado en los altos cargos que él desempeñó, que FTC no es auténticamente “vallejiano” - al no haber obtenido maestría ni doctorado alguno en la materia -, como se auto denominan los seguidores del insigne vate; resultaría tan falso y estúpido como decir que la sangre del suscrito no es de color crema porque ningún análisis hematológico así lo ha certificado.
En los próximos días seremos testigos de una absurda comedia: el ¿juzgamiento? de FTC por el Consejo Nacional de la Magistratura, rimbombante e impresionante denominación para un conglomerado de supuestas personalidades intachables y ejemplares encargadas no sólo de designar magistrados, sino también de sancionarlos cuando sea necesario. Así pues, ante la grita de todos quienes, reitero, han demostrado que sí venderían su alma por dinero, este ¿insigne y magno? Colegiado juzgará y emitirá sentencia respecto de la ¿bárbara y punible inconducta? de nuestro ilustre paisano, quien, al estar siendo injustamente denigrado, no ha recibido ni una mísera voz de aliento y apoyo de los magistrados piuranos. Menos aún, por supuesto, de nuestras autoridades.
Este grotesco circo mediático que tiene como “piñata” a un hombre honorable, resulta más oprobioso aún para los responsables cuando, con posterioridad a la divulgación del viaje a París, se ha ido conociendo que, la misma Universidad, prodigó atenciones y gentilezas a ¿distinguidos, probos y reputados? congresistas. Entonces, ¿acaso se nos quiere hacer creer que mientras FTC es un diablo, los otros, que sí tienen poder y mecanismos para prodigar favores ¿tráfico de influencias? son Ángeles impolutos? ¿Dónde quedó aquello de que la ley es igual para todos?
¿Qué será lo más risible del espectáculo que próximamente presenciaremos? Que, según mi particular parecer, entre todas las personas que conforman el Colegiado, no debe haber ni una sola que, figurativamente puesta en la balanza con FTC, le llegue más arriba de la suela de sus zapatos.
Piura, 13 diciembre del 2009.
(Publicado en Diario El Tiempo)
El piurano, friano chulucanense, ex Presidente de la Corte Suprema y del Poder Judicial, actualmente maltratado, vapuleado y zarandeado supuestamente por haber aceptado una invitación; en realidad ha sido condenado a la hoguera al haber violado con premeditación y alevosía todas las normas aceptadas e imperantes en nuestro país, como paso a demostrar:
• ¿Acaso colmó las planillas de su Sector con amigos, compadres, parientes, fámulos, guachimanes de chacra; tanto suyos como de su esposa? NO.
• ¿Acaso, recibiendo emolumentos equivalentes a 10, ostentó un tren de vida como si recibiera 500? NO.
• ¿Acaso, coincidentemente con el desempeño de tan altos cargos, aprovechó para mudar su domicilio de la “invasión” a la “urbanización”? NO.
• ¿Acaso, amparado por un juez suplente de algún remoto juzgado, pretendió recuperar por asalto algún cargo del que había sido vacado? NO.
• ¿Acaso, en el ejercicio de su vida pública, ambuló como prostituta cambiando de “amo” acomodándose al curso del viento imperante, para saciar sus apetitos y afán de figuración? NO.
• ¿Acaso, luego de entregado el cargo a su sucesor, se le sindicó de haber recibido dinero sucio o de contrabando de divisas? NO.
Mas, Francisco Távara Córdova, no sólo contravino las normas establecidas y precisadas líneas arriba sino también todas las demás de igual jaez. que vienen signando el empoderamiento de la corrupción en nuestro país; por cuanto, para colmo de su desgracia, puso el cuello en la guillotina al tener la osadía de desempeñarse digna, leal y ejemplarmente como cabeza del Poder Judicial, al extremo que logró sembrar al interior de la ciudadanía la sensación de que sí era posible que, tan trascendente institución pública, pudiera alcanzar los niveles de pulcritud que todos los peruanos de bien deseamos.
¿Qué pecado cometió realmente FTC? Uno gravísimo: por ser justo, honesto y bien nacido, no reparó ni tuvo en cuenta el aserto aquél de que “El ladrón juzga por su condición”, de modo que, todos y cada uno de quienes lo están crucificando por aceptar la ya famosa invitación, revelan claramente que ellos sí venderían su alma por un “plato de lentejas”, en el caso presente, representado por el bendito viaje a París para rendirle homenaje a Vallejo. A propósito, afirmar, como lo ha hecho quien, para desgracia del Poder Judicial lo ha reemplazado en los altos cargos que él desempeñó, que FTC no es auténticamente “vallejiano” - al no haber obtenido maestría ni doctorado alguno en la materia -, como se auto denominan los seguidores del insigne vate; resultaría tan falso y estúpido como decir que la sangre del suscrito no es de color crema porque ningún análisis hematológico así lo ha certificado.
En los próximos días seremos testigos de una absurda comedia: el ¿juzgamiento? de FTC por el Consejo Nacional de la Magistratura, rimbombante e impresionante denominación para un conglomerado de supuestas personalidades intachables y ejemplares encargadas no sólo de designar magistrados, sino también de sancionarlos cuando sea necesario. Así pues, ante la grita de todos quienes, reitero, han demostrado que sí venderían su alma por dinero, este ¿insigne y magno? Colegiado juzgará y emitirá sentencia respecto de la ¿bárbara y punible inconducta? de nuestro ilustre paisano, quien, al estar siendo injustamente denigrado, no ha recibido ni una mísera voz de aliento y apoyo de los magistrados piuranos. Menos aún, por supuesto, de nuestras autoridades.
Este grotesco circo mediático que tiene como “piñata” a un hombre honorable, resulta más oprobioso aún para los responsables cuando, con posterioridad a la divulgación del viaje a París, se ha ido conociendo que, la misma Universidad, prodigó atenciones y gentilezas a ¿distinguidos, probos y reputados? congresistas. Entonces, ¿acaso se nos quiere hacer creer que mientras FTC es un diablo, los otros, que sí tienen poder y mecanismos para prodigar favores ¿tráfico de influencias? son Ángeles impolutos? ¿Dónde quedó aquello de que la ley es igual para todos?
¿Qué será lo más risible del espectáculo que próximamente presenciaremos? Que, según mi particular parecer, entre todas las personas que conforman el Colegiado, no debe haber ni una sola que, figurativamente puesta en la balanza con FTC, le llegue más arriba de la suela de sus zapatos.
Piura, 13 diciembre del 2009.
(Publicado en Diario El Tiempo)
