FRANCIS ALLISON

Luis Gulman Checa

La sorpresiva y reciente detención de Francis Allison en el aeropuerto de Miami por agentes aduaneros de los Estados Unidos, cuando se aprestaba retornar a la ciudad de Lima con $ 50,000 en los bolsillos sin haberlos específicamente declarado como está normado; como no podía ser de otro modo entre nosotros, servirá para que, en el término de la distancia, olvidemos el caso del suboficial Ariza - por si acaso, él espió varios años para Chile y fue detenido pocos días atrás -, de modo que, para beneplácito y felicidad de los “integradores latinoamericanos”, los Sagas, Ripleys, Wongnes y Lanes, seguirán creciendo y gozando de buena salud para nuestra ¿felicidad?.

Me es difícil referirme al joven Francis Allison, ex alcalde de Magdalena del Mar y ex ministro de Vivienda del presente régimen, cargo asumido en el gabinete presidido por Yehude Simon, por cuanto, a pesar que no lo conozco siempre lo he sentido cercano porque su padre no sólo fue “Molinero” como el suscrito - egresados el 62 y 63 -, sino que era el arquero del equipo de la UA cuando este servidor se cuadraba en el centro del área. Entonces, los que alguna vez “jugaron pelota”, podrán imaginarse la razón por la que las peripecias de FA las he sentido casi tanto como si se tratara de un familiar.

Lo más sorprendente de este desdichado asunto hasta la fecha (26.11.09), ha sido la furibunda reacción de la víspera del Señor Presidente, propinándole tal golpiza a su desgraciado ex ministro que, figurativamente, éste deberá ser recluido no menos de dos meses en cuidados intensivos. Pero, se preguntará usted, estimado lector, ¿qué tiene de rara la reacción presidencial cuando el sagrado nombre de nuestra patria ha sido manchado por alguien que, ahorita no más, estaba al frente de una cartera ministerial? Que, el Señor Presidente, por más Presidente que sea, ha vuelto a excederse en sus pronunciamientos, como lo hizo en los casos de Rómulo y Alberto y, posteriormente, a raíz del pulmón robado.

Estos hechos deben generar preocupación al cuestionar el mecanismo utilizado para escoger a quienes ocupan los altos cargos de gobierno: asesores íntimos, asesores normales, ministros, presidentes de empresas públicas y, cómo no, los candidatos que el Partido ofertará a la ciudadanía para los comicios venideros. ¿Por qué tal aseveración? Por cuanto, a la luz de los hechos protagonizados por FA, su designación no sólo significó una gran “metida de pata”, sino que debe hacernos sospechar que éste no haya sido el único ni el más grueso error cometido en asuntos de esta índole.

Reflexionemos: 1) A la fecha, FA está liquidado semejando un “palo de gallinero” y configura una vergüenza para el país; 2) Si, cuando era alcalde de Magdalena del Mar, en vez de “asesor” de Business Track hubiera tenido como “cliente” a una empresa anodina e intrascendente; en este momento seguiría siendo ministro de Vivienda y, además de “trabajando por los pobres del Perú”, estuviera liderando la reconstrucción del sur; 3) Entonces, si de acuerdo a las duras expresiones vertidas por el Presidente en su contra el día de ayer, FA no fuera una persona de fiar, ¿cómo habría manejado los presupuestos y adjudicado las obras en su calidad de Zar todopoderoso en las zonas devastadas del sur? ¿Acaso como alguna Gerencia de Infraestructura de Gobierno Regional?

Como no hay mal que por bien no venga, debemos confiar que el lamentable caso protagonizado por FA le servirá al Presidente de la República para tomar las medidas correctivas respecto a su entorno más íntimo, por cuanto, resulta evidente que una o algunas personas no están cumpliendo a cabalidad su tarea de asistirlo y asesorarlo debidamente; en el entendido que éstas no hayan optado por el rastrero camino del “chí cheñó”, porque tal compañía es la peor posible para las personas que detentan poder.

Finalmente, esta desagradable e indeseada situación tiene un componente adicional gravísimo y atentatorio contra el futuro del país. ¿Cuál es? Que, hasta pocos meses atrás, FA, salido de las canteras del Partido Popular Cristiano, de Luis Bedoya Reyes y Lourdes Flores Nano, apuntaba como uno de los abanderados de los políticos jóvenes que debían reemplazar a los ¿carcamanes y desacreditados? que han echado por tierra la percepción que la ciudadanía tiene tanto de los partidos políticos como del propio Congreso Nacional. Entonces, ¿acaso la desgraciada situación que estamos viviendo no estaría revelando que los jóvenes, en vez de rechazar las mañas y vicios de los viejos, los habrían perfeccionado? Si tal fuera el caso, ¿qué futuro le espera a nuestro vapuleado y querido Perú?

Piura, 26 noviembre del 2009.
(Publicado en diario El Tiempo el 1 de diciembre)