PROYECTO ALTO PIURA: ¿MITO O REALIDAD? - ( II )

Artículo II.

Luis Gulman Checa

El haber afirmado que nosotros mismos frenamos el avance del Alto Piura colocando “rocas” en su camino, me obliga ahora a detallar la forma y el volumen de las mismas. No obstante, antes diré que el origen del desastre fue considerarlo no sólo como una “torta” para repartir prebendas y sinecuras entre allegados y validos de la autoridad, sino también como una gran oportunidad de ¿volatilizar? recursos públicos; en vez de aquilatarlo como la gran obra que, desde décadas atrás, requiere y anhela el Alto Piura. Así pues, este afán de rapiñar significa lo que podría calificarse como la Traición del Siglo en contra de Piura y, directamente, del Alto Piura.

Sin duda hay muchos criterios para calificar la conducta de las personas en general. En el caso de quienes detentan poder, uno de ellos podría ser el grado de honestidad que adorna sus gestiones - hablo de gradación en atención a la reiterada tesis de que Ángeles sólo hay en el cielo -, por lo que, siendo el tema la disputa con los lambayecanos por el agua de nuestro río Huancabamba, es pertinente comparar la gestión de ambas autoridades regionales respecto del manejo de sus proyectos hidráulicos.

Empecemos por Lambayeque donde sus dos proyectos, Olmos y Tinajones, se fusionaron en los 90 formando el Proyecto Especial Olmos Tinajones, el cual, dependiente del Gobierno Regional Lambayeque, cuenta con un Consejo Directivo de seis miembros con una dieta de S/. 1,200.00 cada uno, cargando el presupuesto regional con S/. 7,200.00 mensuales.

Una necesaria digresión: la norma que dispuso fusionar los Proyectos lambayecanos, también determinó unir Chira Piura y Alto Piura, pero, como el Inade despreciaba al segundo, ignoró el dispositivo para Piura. Esa es la razón por la que el Alto Piura, antes que lo liquidara Ríos Rueda, funcionó como Unidad Ejecutora del Ctar Piura, continuando el Chira Piura en el Pliego Inade.

¿Qué pasa ahora en Piura? Que, cuando el 2004 nuestro Gobierno Regional resucitó el Alto Piura, luego que fue asesinado en 1996, en vez de asimilarlo al Chira Piura - que ya pertenecía a su Pliego - como fue al inicio con el Estudio elaborado por Tahal y Ascosesa; creó otra Unidad Ejecutora por el evidente ¿beneficio? de las nuevas y jugosas ubres públicas para licuar recursos estatales mayoritariamente en incompetentes validos y allegados.

Por esa razón mantenemos dos inútiles Consejos Directivos de seis miembros cada uno con dietas mensuales de S/.3,500.00 en el Chira Piura y S/. 3,000.00 en el Alto Piura. Entonces, mientras las eficaces autoridades lambayecanas - por cuidar el dinero y haberse apropiado de nuestra agua - gastan sólo S/.7,200.00 mensuales por este concepto; en Piura, se disponen de S/. 39,000.00 para tirar. El monto de la dieta lo fija el Presidente Regional.
¿Recuerdan el despliegue informativo sobre la carretera El Faique - Huarmaca, “obra prioritaria” y previa a la construcción de las obras de Transvase? Todo ello fue un gran mamarracho orquestado con el único y evidente propósito de dilapidar dinero público, como se cansó de denunciar el Consejero Regional por Huancabamba, Ing. Marco Carrasco. Es así que la rehabilitación de esta “carretera” permitió “volatilizar” Diez Millones de soles sin resultado alguno, como puede comprobarlo cualquiera que osara transitar el tramo. Los piuranos tendríamos que ser perfectos “caídos del palto” si no ¿supiéramos? que, mientras la “carretera” quedó peor que antes, muchos bolsillos privados engordaron.

Casi a modo de digresión pero como necesaria información: para colmo de males y perjuicio regional, los millones “invertidos” en la serranía coinciden con los birlados al Chira Piura para la construcción del Sifón Chira, los que, posteriormente, el Pliego fue incapaz de reponer. Así, mientras en la sierra el dinero se “evaporó”, los sustraídos al Sifón significaron postergar 15 meses la culminación de tan importante obra para el Bajo Chira, además del perjuicio a las arcas públicas por el pago de mayores gastos generales y de intereses por atraso en el pago de valorizaciones al contratista.