PARO CRIMINAL

 

(Piura, 23 noviembre 2022)

 

Luis Gulman Checa

 

Es el menor calificativo merecido por el vigente paro de transportistas a nivel nacional, por cuanto, no solo genera  desabastecimiento de productos básicos, en especial alimentos provenientes de las chacras, sino que, en el colmo del salvajismo, osan cerrar carreteras impidiendo el libre tránsito, es decir, delinquen claramente al violar la Constitución y poner en peligro el bienestar, incluida la vida, de los ciudadanos que no tienen nada que ver con las razones esgrimidas para adoptar medida tan bestial/irracional.

 

¿Qué diablos tenemos que ver el 99.5% de los peruanos con las exigencias esgrimidas por los citados salvajes para que nos jodan la vida?

 

Todos los afectados debiéramos seguir el ejemplo de estos delincuentes (entre otras razones por cerrar, abusiva e ilegalmente, carreteras) y arremeter contra sus unidades de transporte paralizadas y, tras rociarles gasolina, prenderles fuego. Así, recibirían su propia medicina y aprenderían a respetarnos a todos  los peruanos absolutamente inocentes, pero, sin embargo, somos los directos perjudicados a causa de sus salvajadas. Señor, si lo expresado fuera justo y racional, envíanos, como antaño lo hiciste con el Maná, la fuerza y decisión necesarias para enrumbar por la senda correcta a los citados energúmenos.

 

Cambiando de cristal y analizando tan execrable actitud, reflexionemos respecto al calificativo que merece el Perú. ¿Podrá calificarse de País auténtico o devino en un lugar en el que cualquier pobre diablo, zurrándose en los pobladores, hace lo que le da su reverenda gana, violando cuanta norma, supuestamente, existe: robando, asesinando y, también, como los causantes del desmadre actual, tratando de matarnos de hambre?

 

Si el Perú fuera un país en todo  el sentido del término en el que impera la democracia, es decir, estuviéramos en las antípodas de Cuba, Venezuela o Nicaragua, devenidos en avernos en la tierra que cayeron en las garras de fieles seguidores de Satanás (ante la vergonzosa inacción de países civilizados  como la mayoría de los representados en la ONU y la OEA); preguntémonos dónde están y/o que están pensando y/o haciendo las personas que, democrática y libremente, fueron empoderadas por nuestros votos para que asuman la responsabilidad de gobernar, es decir, cumplir y hacer cumplir, firme y  permanentemente,  las normas vigentes.

 

Ante el evidente despelote que viene agigantándose en el Perú sin que aparezca  ni una mínima respuesta y/o acción gubernamental tendente a imponer el orden y el respeto, fatal y lamentablemente, no nos queda más que aceptar que el Perú y los peruanos estamos al borde del abismo, es decir, de desaparecer.

 

¿Aún existen las Fuerzas Armadas?