DINA BOLUARTE: ¿ÁNGEL O DEMONIO?

 

Piura, 15 diciembre 2022)

 

Luis Gulman Checa

 

Precisando que desde que asumió Pedro Castillo perdí interés en los pormenores tanto del acontecer político como de los nombres de los cientos de personas que fueron apareciendo salidos sabrá Dios de dónde, incluida la actual presidenta, es decir, ignorando los antecedentes de la misma y transcurrida una semana de haber asumido el poder; me vino a la mente la pregunta del titular.

 

De primera intención está  claro que poniendo a ambos en una balanza,  ella  supera infinitamente al incalificable, quien, felizmente, se suicidó políticamente librándonos de su presencia en palacio auto trasladándose a una prisión. Así, entonces,  es dable afirmar: hasta ahora merece el calificativo de Ángel.

 

Sin embargo, habiendo recibido un país  en camino a la extinción, debemos darle tiempo al tiempo hasta que se determine si logra - imitando la formidable tarea realizada por Alberto Fujimori tras recibir un país arruinado tras el paso de Velasco, FBT y AGP - reconvertirnos en un país viable y moderno en el que impere la justicia y el respeto, o, Dios no lo quiera, siguiendo los pasos tanto de su antecesor como también del otro innombrable dueño del partido que la llevó al poder, continúe llevándonos al despeñadero.

 

De primera intención, a juzgar por quienes integran el Consejo de Ministros, merece  agradecimiento por cuanto todos ellos son respetables y sin pestíferos “rabos de paja”, lo cual la ubica a años luz de distancia de su antecesor. Asimismo, ante los brotes de violencia desatados por distintos ámbitos del país exigiendo tanto la liberación de Castillo como el adelanto de elecciones, mostró tino y paciencia, por cuanto, en vez de ordenar a la “artillería pesada”, las FF AA, disolver los actos vandálicos llevados a cabo por reales delincuentes adoptando las medidas de fuerza que fueran necesarias (¿Plaza Tiananmen?), mantuvo la calma e hizo lo posible, con términos moderados, para que tales rufianes recobraran la compostura.

 

Ante los oídos sordos de los citados delincuentes y respetando escrupulosamente las normas vigentes, fue decretado el Estado de Emergencia en todo el país por un plazo de 30 días, abriéndole las puertas a las FF AA para que apoyen a la Policía Nacional que venía siendo atropellada por las masas delincuenciales, también en cierta medida por la excesiva pulcritud de Dina disponiendo que las mismas no usaran arma alguna contra tales bestias.

 

Los próximos días quedará despejada la pregunta del epígrafe, pues, se definirá qué futuro nos espera. Sin embargo, personalmente, estoy invadido por el optimismo y confío que la primera dama que asumió legítimamente la presidencia de la República logre lo que tantos varones, uno tras otro, fueron incapaces de regalarnos: UN PAÍS AUTÉNTICO.