PIURA: TAREAS PENDIENTES (III)

 

(Piura, 29 diciembre 2022)

 

Luis Gulman Checa

 

¿Qué pensar de una persona a la que le regalaron un ticket de la Tinka ganando un TINKAZO de varios millones de soles y no lo cobra?

 

Adjudíquele usted, estimado lector, los adjetivos que considere pertinentes. Sin embargo, todos ellos son aplicables a los piuranos al estar actuando exactamente igual al sujeto del ejemplo cuando nos negamos a explotar nuestros ingentes recursos minerales, los cuales, si somos creyentes, fueron colocados ahí por el Creador para beneficiarnos.

 

¿Que la minería es una actividad criminal por ser contaminante y poner en riesgo la “impoluta” agricultura? Mayúscula estupidez y falsedad, pues, que se sepa, las explotaciones mineras jamás han propiciado el vuelo de avionetas echando potentes venenos al ambiente matando todo a su paso, lo que, como lo hemos vivido por décadas, sí hace la agricultura.

 

¿La conclusión? Todas las actividades del hombre contaminan el medio ambiente, incluidas, por ejemplo, las decenas de miles de motocicletas, moto taxis y vehículos circulando permanentemente por nuestra tierra.

 

Pero, cambiemos de cristal y analicemos nuestra negativa a explotar tan formidable riqueza cuando, paralelamente, nuestra vida sería imposible sin el disfrute de la gama de minerales que nos la hacen vivible. Por ejemplo, cuando debemos trasladarnos de un lugar a otro, en vez de usar nuestros pies o montar un cuadrúpedo abordamos una de los tantos vehículos, desplazándose por tierra, mar o aire, creados por el hombre a partir de los minerales.

 

Asimismo, clamamos por disponer en nuestros hogares de energía eléctrica cuando la misma es distribuida gracias a conductores de cobre. Y a la hora de ingerir nuestros alimentos, ¿recurrimos a los dedos o, por lo contrario, disponemos de varios artilugios construidos con metales?

 

En resumen: la vida moderna sería imposible sin disponer de los recursos mineros desperdigados por la tierra. Entonces, siendo ello indiscutible y habiendo en Piura varios e importantes yacimientos que, explotados, implicarían un gran ingreso de dinero para la zona vía el Canon Minero, más la gran cantidad de puestos de trabajo muy bien remunerados, tanto directos como indirectos, ¿qué maldito virus infectó nuestro cerebro que nos negamos a explotarlos?

 

Para agravar lo que bien debe calificarse como SUPINA ESTUPIDEZ, mientras, tozudamente, seguimos oponiéndonos a la explotación legal y formal de tales riquezas, permanecemos ciegos, sordos y mudos cuando una pléyade de delincuentes se apropian de las alturas de las cuencas para desarrollar brutal y criminal minería informal: no pagan impuestos y SÍ CONTAMINAN.