COMPAREMOS: FÚTBOL Y POLÍTICA

 

(Piura, 06 enero 2023)

 

Luis Gulman Checa

 

Pensando en la crítica y aberrante situación que presenta nuestro país, el cual, de haber sido gobernado por reales enviados divinos debiera estar tocando las puertas del cielo; me vino a la mente la siguiente pregunta: ¿cómo diablos seguimos hablando de nuevas elecciones cuando nuestra situación se debe, exclusivamente, a que son precisamente varios procesos electores consecutivos lo que nos han puesto en las puertas del infierno?

 

Vayamos al fútbol.  Imaginemos pésimos ejecutores de penales (Cueva en Rusia y Yotún en Argentina), que por criminal obcecación del DT, siguen ejecutándolos a pesar que el balón viaja hacia las nubes en vez de anidar  en el arco. ¿Será posible una situación como la descrita? De ninguna manera, desde que no hay DT en el mundo tan torpe  que no remedie la situación cambiando de ejecutor.

 

Sin embargo, en nuestro país, donde hasta un ciego, sordo y/o minusválido mental apreciaría que tras cada elección nos hundimos más profundamente en el imaginario hoyo del atraso, corrupción y tantos otras lacras, si se impusiera el sentido común, comprenderíamos que tal no es el camino a seguir, salvo que se modificaran radical y sustancialmente las normas y procedimientos vigentes regulando los procesos electorales y, también, estableciendo condiciones y características claras y precisas para poder aspirar a  un cargo público electivo.

 

Para entender la irracionalidad vigente permitiendo que basta haber cumplido 18 años de edad para poder votar, es decir, participar en el cónclave que decidirá quiénes dirigirán nuestro destino, consideremos que ello es equivalente a que a un ayudante de enfermería se le encargue realizar un trasplante de corazón.

 

Asimismo, es incalificable e irracional que a una persona le basta haber cumplido 25 años de edad para postular al Congreso de la República, aunque sea un ignaro y corrupto comprobado.

 

Peor aún es el derecho al voto de los analfabetos. Ojo, de ningún modo osaría afirmar que tales personas sean INFERIORES. Sin embargo, así como para ejercer profesiones y/u oficios especializados es obligatorio haber pasado previamente por las aulas, así también para poder votar se requiere estar debidamente informado. Si alguien dijera que bastan radio y televisión, le respondería que las palabras se las lleva el viento.

 

La cereza sobre la torta de las irracionales normas vigentes es la OBLIGACIÓN DE VOTAR. ¿Por qué? Por cuanto ello es un derecho ciudadano y, los mismos, son ejercidos cuando al mismo le sale del forro hacer uso de ellos.