¿GUERRA CONTRA EL NARCOTRÁFICO?
(Piura, 07 enero 2023)
Luis Gulman Checa
Un ejemplo cumbre de la estupidez humana es la
irracional proscripción de la venta de drogas, padre y madre de la violencia
desatada originando no solo muertes sin fin a lo largo de la tierra, sino,
solapadamente, brutal corrupción entre narcotraficantes y supuestos soldados de
la ley luchando contra ellos.
¿Acaso no habría que ser débil mental para
ignorar que la razón por la que la citada guerra no se tira al tacho de la
basura se debe a las coimas que los narcotraficantes pagan a muchos de quienes
deberían combatirlos?
¿Por qué el narcotráfico es un negocio
fabuloso? Única y exclusivamente porque está prohibida la venta de drogas, tan
igual como sucedió con las bebidas alcohólicas por La Ley Seca, vigente en Estados
Unidos entre 1920 y 1931 ocasionado un zafarrancho similar al actual debido al
veto a las drogas.
Mientras los “gringos” tardaron solo once años
en corregir el tremendo error que habían perpetrado, la humanidad, en la hora actual,
viene comportándose tal y como si se hubiera descerebrado, es decir, perdido su
capacidad de razonar.
¿Qué sucedería si el citado veto
desapareciera? Simplemente que, en el
término de la distancia, el formidable y rentable negocio actual de vender drogas
se difuminaría, evaporaría, se convertiría en humo. ¿Por qué? Por cuanto el
valor real de las drogas no es más una mísera peseta, mientras el comercial,
debido a la estúpida prohibición, es inconmensurable.
Sin duda saltarán voces diciendo: ¡horror!, ¿cómo alguien puede abogar por la legalización
del consumo de drogas cuando son letales para la salud del hombre?
Tal expresión deviene en ofensiva a la
naturaleza humana, pues, a diferencia de las bestias somos seres pensantes y
poseemos LIBRE ALBEDRÍO, es decir, somos
capaces de decidir qué camino tomar y cómo enfocar nuestra vida. Entonces, quienes
opten por consumir drogas podrán hacerlo sin problemas y gastando muy poco
dinero y solo se dañarán ellos y los suyos sin afectar la vida de terceras
personas, es decir, lo contrario de lo que sucede en la actualidad por la
maldita Guerra contra las Drogas manteniendo en vilo a la población.
Debido a mi edad no alcancé los tiempos en los
que era usual servir coca en restaurantes y reuniones siendo elegante y
pulcramente esnifada por distinguidos señores
(desconozco si también damas), tan igual como de vez en cuando, hogaño, se
culmina una opípara cena degustando un excelente PISCO PERUANO DE PURA UVA.
¡La estrategia para
ganar esta guerra es quitarle el veto a las drogas!