DINA: ¿HASTA CUÁNDO?

 

(Piura, 26 enero 2023)

 

Luis Gulman Checa

 

Me refiero, obviamente, a tu paciencia y buen talante ante la punible actitud de los incalificables que, como si fueran chilenos, vienen jodiéndole la vida a la gran mayoría de peruanos bien nacidos y amantes de su país. Así,   considero que lo expresado es una definición perfecta para las bestialidades en marcha.

 

Reflexionando sobre tu paciente actitud me vino a la mente compararla con la forma cómo actúa un árbitro en un partido de fútbol. Así como vienes actuando, él también, cuando un jugador “saca los pies del plato” sin llegar a romperlo ni perpetrar mayores violaciones de las normas, se limita a mostrarle la tarjeta amarilla (debutaron en el mundial de México de 1970), cuyo significado es: “a la próxima malacrianza te expulso del campo”. Ello es comparable con la declaratoria de Emergencia decretada por tu gobierno. Sin embargo, los citados salvajes, se vienen zurrando ante la  figurada tarjeta amarilla que les mostraste.

 

Entonces, siguiendo con la comparación, ESTÁS OBLIGADA A MOSTRARLES LA TARJETA ROJA,  es decir, echarlos fuera. No obstante, aquí se te presentaría un dilema, pues, mientras en el caso del árbitro cumple su deber enviándolo al camarín dejando a su equipo en inferioridad numérica; ante la situación que tú vienes afrontando, ¿cómo podría ponerse en práctica la muestra de la tarjeta roja futbolera?

 

Por supuesto que jamás de los jamases, habida cuenta el color de la tarjeta, se te ocurriría ordenar derramar la sangre (color rojo) de tales bestias, pues, no porque ellos lo sean los vas a imitar. Además, siendo el Perú no solo un país alejado geográficamente de la China sino también con una cultura en pañales comparada con la suya milenaria; no sería conveniente imitarlos aplicando la medicina que aplicaron  en la plaza Tiananmen  el año 1989.

 

Entonces, presidenta, ¿qué diablos harás honrando el compromiso que adquiriste cuando juraste el cargo en el Congreso de la República vistiendo de color amarillo, justa y precisamente, el color de la esperanza?

 

Cambiando de cristal, ¿por qué has aceptado el adelanto de elecciones? Piensa: cuando se perpetró la barbaridad de elegir a Pedro Castillo respetando escrupulosamente la constitución, fue por un período de  cinco años, lo cual también funcionaba para ti en caso el sujeto desapareciera. Entonces, al haberse practicado el citado esperpento un bienaventurado harakiri, constitucionalmente, tú y solo tú tienes el deber de cumplir por completo el período para el que fue electo.

 

¿Por qué no pides que todas las mujeres de bien del país salgan, masiva y educadamente,  a las calles a manifestarte su apoyo?