CONTRALORÍA: DESASTRE,
CALAMIDAD
(Piura, 12 diciembre
2023)
Luis Gulman Checa
Acabo de ver en las redes unas declaraciones
del contralor, Nelson Shack, denostando del gobierno de Pedro Castillo,
señalando uno de los tantos renglones que se utilizó para saquear el erario:
En gobierno de Castillo
hubo 8,441 consultores FALSOS quienes se llevaron S/. 222.9 millones.
Con tales declaraciones, ¿se habrá hecho
merecedor a recibir una condecoración o, por lo contrario, a propinarle una
patada en el culo por absoluta incompetencia del ente a su cargo?
Lo que ha hecho el contralor sería comparable a
un médico declarando que el paciente falleció porque estando en el quirófano,
médico y auxiliares se retiraron a tomarse un descanso y/o, figurativamente, a
rascarse las pelotas.
¿En qué me baso para llegar a tal conclusión?
En que en todos y cada uno de los entes públicos, Contraloría General cuenta
con sus propios “sabuesos”, los cuales, si fueran competentes y honestos, impedirían
la perpetración de hechos como los señalados - cuando ya pasó la misa de la una
de la tarde, es decir, cuando el erario ya fue perforado - por cuanto, tan
luego la “rata” al frente de la entidad pretenda empezar a rapiñar, tiene el
deber, derecho y obligación de ponerle freno a su pretensión “EMPAPELÁNDOLO”,
es decir, objetando seria y radicalmente su pretensión informando, en el
término de la distancia, a Contraloría.
Entonces, fatal y lamentablemente, debemos
llegar a la conclusión que, Contraloría General, el supremo y principal
guardián de los recursos públicos, TAMBIÉN TIENE QUE HABER SIDO INFECTADA POR
LA CORRUPCIÓN, pues, no hay otra explicación para explicar el silencio de los “sabuesos”
ante los obvios y claros latrocinios perpetrados por los innumerables
incalificables y reales traidores a la patria que han infectado el aparato
público.
Termino reiterando una vivencia cuando me
desempeñaba como Director Ejecutivo del PECHP el año 1986. Todavía calentando
asiento llegó a la oficina el Asesor Legal de la entidad, el Dr. Lucio Antón,
con gesto compungido me informo que habíamos perdido un juicio incoado por don
Roberto Carrión Guzmán, tras demandar a la entidad por haberle impedido sembrar
su fundo debido a la construcción del Canal del Bajo Piura. Monto a pagar, m/m
8.5 millones de soles.
A los pocos días recibí la llamada de un
sobrino del demandante diciéndome que había un “asuntito” relacionado con su
tío Roberto. Le dije: averiguo y te llamo.
De inmediato me dirigí al estudio del Dr.
Antonio Valle quien en el acto me dijo: vaya al frente donde el Dr. Montoya,
por cuanto sus estudios se miraban las caras. Le expliqué la situación y,
transcurridos m/m diez días, se presentó en mi oficina con una Resolución del
Fuero Agrario anulando la sentencia de la Corte Suprema, es decir, tirando al
desagüe los millones que el PECHP debía pagar. ¿Por qué? Por cuanto el Poder
Judicial no era competente para dirimir un proceso de esta naturaleza al tratarse
un tema agrario. ¿Qué sumo cobró el Dr. Montoya por el servicio prestado: S/.
800.00
Digresión:
Debo precisar que el suscrito, pese a poder ser
calificado como “ordeñador de cabras”, ya había usado el mismo procedimiento
para echar por tierra una sentencia a favor del Banco de Crédito en mi contra.
Recuerdo que Rogelio me dijo: “eres mejor abogado que tu hermano”.
Pasó el tiempo y fui cesado en el cargo por Alan
García, decisión que, sin falsas modestias, fue una desgracia para Piura, y,
como es usual, Contraloría pasó a auditar/investigar mi gestión. Señalaré una
de las observaciones:
Pago indebido al Dr.
Cristóbal Montoya cuando la entidad contaba con su propio departamento legal.
Cuán bestia, pobre diablo o corrupto tiene que
haber sido el auditor.