SEÑORA ALCALDESA: MIS RESPETOS
Luis Gulman Checa
Creo que toda persona medianamente pensante
estará de acuerdo que en la ciudad de Piura, desde años atrás, se entronizó el
caos. Ello se debió al incumplimiento de inalienables responsabilidades de
sucesivos gobiernos municipales, los cuales, olvidando sus deberes para con sus
representados, permitieron que el orden y la institucionalidad fueran violados
por personas que no calificaré pero que, ignorando normas y dispositivos vigentes, perpetraron
mil barbaridades buscando su propio y personal beneficio atropellando los derechos de la ciudadanía.
Un ejemplo emblemático de lo expresado, era,
hasta antes de la asunción de la actual alcaldesa, el “Mercado Modelo” de
Piura, el que, hasta la década del 70, fue digno de su nombre. Al decir era no
lo hago porque ahora responda cabalmente al calificativo de “Modelo”, sino
porque, si queremos ser justos con la presente gestión edil, ha tomado el camino para merecerlo.
Así como ustedes, estimados lectores, el
suscrito también está al tanto de las cotidianas informaciones haciendo “cera y
pabilo” de las gestiones de casi todas las autoridades departamentales:
regionales y locales; a las que, como es natural, no escapa nuestra alcaldesa.
Sin embargo, no podemos ignorar que la casi generalidad de “denuncias” salen de
los propios integrantes del Concejo Municipal de Piura, los cuales, por su
permanente actitud obstruccionista y de enfrentamiento con la autoridad
elegida, traicionan la “confianza” que recibieron de los electores. ¿Por qué?
Lo explico a continuación.
¿Los Concejos Municipales son foros a los que acceden selectos representantes de
los pueblos para poner a disposición su sapiencia, experiencia, buena voluntad
y, sobre todo, su supremo deseo de servir a las comunidades que los eligieron
o, por lo contrario, son cubiles en los que los opositores van a trabar el
desempeño de la autoridad legítimamente electa pensando en su propio y futuro
beneficio político en el venidero proceso electoral?
Usted, estimado lector, analice el
comportamiento de algunos Concejales piuranos y obtenga sus propias conclusiones.
Personalmente, siento una mezcla de asco, vergüenza ajena y pena por el
comportamiento de algunos, haciendo hincapié en el representante de un
partido otrora respetable.
¿Acaso fue la señora alcaldesa quien propició
las plagas que tienen sumida a Piura en
el caos? Si a raíz de su asunción nuestra ciudad se hubiera visto súbitamente
invadida por miles de mototaxis, taxis, combis, motos lineales transportando
personas, bocinas estridentes tronando día y noche, vehículos destartalados y
carentes de luces circulando de noche, etc., etc.; sí tendrían razón quienes,
arrugando la nariz, se refieren a la barbaridad que sería reelegir a Ruby.
Sin embargo, cuando ella asumió el cargo,
todas las plagas citadas, y muchas otras, ya habían echado profundas raíces en nuestra
ciudad.
¿Por qué el título del presente? Por cuanto habría que ser mezquino para no reconocer el sincero y formidable afán
desplegado por la señora para iniciar la recuperación del orden en la ciudad de
Piura para beneficio, no de ella ni sus
intereses personales, sino de sus representados: la población que la eligió.
Esta actitud es tanto más valiosa y
respetable por cuanto, obviamente,
conlleva un formidable costo negativo para su futuro político. Es decir, si
en su mente predominara la idea de entornillarse en el cargo buscando reelegirse,
no hubiera podido tomar peor decisión que erradicar a los ilegales depredadores
del antaño Mercado Modelo de Piura. Ergo, bien analizada, esta decisión de la
autoridad municipal revela absoluta rectitud moral.
Ojo, esta
férrea actitud de restituir el orden en el mercado, no es una solitaria golondrina en la
actual gestión municipal, como lo demuestra fehacientemente la lucha, liderada
por Carlos Atarama, para erradicar gran cantidad de “terminales” de buses de
transporte de pasajeros a varias ciudades del departamento que eran claros
generadores de caos y desorden. Felizmente, luego de una grotesca campaña en su
contra, Carlos volvió a la brega municipal.
Concluiré repitiendo una admonición: ¡Los
Ángeles y los Santos están en el cielo! Acá solo habemos seres humanos defectuosos, siendo unos peores que otros.
Así, antes de atacar a la señora alcaldesa, sería bueno analizarnos y determinar en qué rango nos ubicaríamos en
el imaginario escalafón que midiera la calidad de las personas. Por ello, hay
ataques y denuncias tan “jaladas de los pelos”, que enaltecen a quien los recibe por provenir de auténticos hijos de
puta, calificativo en el contexto del debate Vargas Llosa vs De Soto, por lo
que las madres de los aludidos quedan absolutamente libres de polvo y paja.
Blog del autor:
lgulmanchblogspot.com