SEÑOR ALCALDE: MIS RESPETOS
(26 enero del 2015)
Luis Gulman Checa
En los últimos días tuvimos grandes anuncios
provenientes de la MPP referidos a un ordenamiento total y absoluto del transporte público. ¿Cómo? Simple y
llanamente aplicando y haciendo respetar las ordenanzas vigentes.
El tránsito, debido al desorden generado por
todos los ilegales que transportan gente, no solo es caótico sino propio de una
ciudad de quinta categoría, por lo que,
el anuncio comentado, tiene que haber llenado de satisfacción a la gran mayoría
de piuranos, a excepción, claro está, de los pocos irresponsables que han
sembrado en Piura el desorden total.
Vayamos al meollo del problema que es la
siguiente disyuntiva: ordenar el transporte implica, necesariamente, que
algunos miles “pierdan su trabajo”, entonces, por cuál de ambos bienes nos
inclinamos, ¿por el de los pocos miles de ilegales o por los cientos de miles
de piuranos? Es obvio que, la MPP, optó por la segunda lógica y natural opción.
Una sugerencia para el señor alcalde basada
en una reflexión: así como los reducidores (dedicados a comprar artículos
robados) son tan delincuentes y penados como los ladrones a quienes “compran
los frutos de su trabajo”, así también toda
persona que toma los servicios de una moto lineal debería recibir sanción,
pena o castigo. Si ello fuera posible (no tengo preparación para determinar si
es posible), el asunto estaría casi resuelto, por cuanto, teóricamente, los
clientes se esfumarían.
Hago hincapié en las motos lineales porque,
sin ninguna duda, tal no solo es la peor de las lacras del transporte público
sino que quienes usan muy orondos tal “servicio”, lindan con la deficiencia
mental, pues, irresponsablemente ponen en riesgo no solo su integridad física sino la propia vida.
Una última sugerencia al señor alcalde: hacer
sonar las bocinas está claramente tipificado como falta en el reglamento de
tránsito y, si no me equivoco, el monto de la respectiva papeleta bordea los
S/. 150.00. Señor, aproveche esta gran oportunidad y recaude ingentes
cantidades de dinero multando a todos los hijoputas que, por ejemplo, tan luego
torna el rojo en verde, se prenden de los citados artilugios con la misma
desesperación que un bebe hambriento se cuelga del pezón materno.
Obviamente, usted se hará merecedor de los
respetos y agradecimientos una vez el tránsito haya sido ordenado.