POLÍTICA NACIONAL EN EMERGENCIA

(Piura, 02 diciembre 2015)

Luis Gulman Checa

Es, además de deprimente, muy preocupante el panorama que enfrenta el país a raíz del próximo proceso electoral para elegir el jefe del Ejecutivo y los miembros del Congreso Nacional, centrándose el presente en la elección del primero.

Imagine, estimado lector, que está usted viajando por algún recóndito lugar y, llegado al restaurant para almorzar, le presentan la siguiente carta:

·         Saltado de rata con arroz, plátanos y huevo frito
·         Ají de gallinazo con arroz, huevo duro y papa cocida
·         Seco de gato con arroz y frejoles
·         Cau cau de vísceras de perro y
·         Sesos de bisonte arrebozados.


Sin embargo, en la carta hay otros platos atractivos y digeribles, pero, por ese malsano atavismo que nos hunde cada vez más profundamente en el hoyo del atraso, la corrupción y el desorden, nuestra atención y mirada son incapaces de tan siquiera dirigirles la mirada.

La situación que afrontaremos los electores el día de debamos enfrentarnos a las urnas, se asemeja mucho a la del supuesto comensal enfrentado a la carta señalada líneas arriba. Ojalá ambos, el supuesto comensal y el elector, tuvieran el elemental sentido común tanto de leer íntegramente la lista de lo que pueden servirse como la relación completa de candidatos. Si así fuera, sin duda, ambos también, le harían un gran servicio a su salud y al país, respectivamente.

Imagino que desde el exterior nos deben mirar con una mezcla de horror y conmiseración ante nuestra absoluta inmadurez política y total carencia del más elemental sentido común, pues si así no fuera, no habría electores dispuestos a favorecer candidatos que, además de impresentables por diversas razones (no solo por corruptos e inmorales); hay hasta quienes  deberían estar encarcelados por los evidentes y demostrados delitos perpetrados en gestiones pasadas.

Sin embargo, la esperanza nunca debe abandonar al ser humano. Por ello, quizá con demasiada ingenuidad, espero que el 2016 se repita lo acaecido en 1990, pero ahora sí, eligiendo a un  peruano bien nacido y mejor intencionado.




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