AVANZAMOS A PASO LIGERO
(Piura, 10 marzo 2022)
Luis Gulman Checa
Dando la impresión que nada ni nadie podrá
detenernos por cuanto muchos jóvenes parecen decididos a poner el nombre de
Piura en la cúspide superando a localidades, como, por ejemplo, Trujillo, que
desde años atrás alcanzó logros impresionantes que a los piuranos nos
asombraban.
Lo negativo es que, fatalmente, no se trata de
logros en la educación, respeto al ciudadano, administración de justicia,
explotación adecuada e inteligente de nuestros recursos como es el caso de la
invaluable agua regulada (en Israel cuesta US $ 0.60 por metro cúbico) que se
regala irresponsablemente, etc., sino a una nueva actividad antaño desconocida
en nuestra tierra:
Los asaltos, robos y
crímenes tanto de día como de noche, no solo en los extramuros sino
también en el centro de las ciudades,
incluida Piura.
No me cabe la menor duda que esta nueva
desgracia abatida sobre nosotros se debe en gran medida a la “Universidad del
Crimen”, como merecen calificarse los noticieros matutinos difundidos
cotidianamente por los canales de
televisión peruanos explicando y mostrando con claras filmaciones las
diferentes modalidades usadas para estafar, robar y asesinar. Así, entonces,
con tan explícitas clases a distancia a disposición de cualquiera que disponga
de un televisor deviene en lógico y natural la incontenible propagación de esta
nueva plaga, la cual, como sucedía con las que asolaban los cultivos de
algodón, habría que determinar cómo podría fumigarse en beneficio de los
ciudadanos de bien.
A este respecto, se han difundido informaciones
que tanto el alcalde de Piura como nuestros congresistas vienen gestionando
ante el gobierno la Declaración de Emergencia en Piura (¿ciudad o
departamento?) para poder combatir la citada plaga, dando a entender,
subliminalmente, que la PNP, órgano encargado de mantener el orden y no solo
reprimir sino evitar vía labores de inteligencia la consumación de hechos tan
lamentables, está incapacitada de actuar de acuerdo a las normas vigentes.
Sin embargo, desmintiendo tal posibilidad, la
citada Universidad imparte muchas clases mostrando cómo la PNP frustra asaltos
y robos capturando, esposando y trasladando a los delincuentes en camionetas
como si fueran sacos de papas a lugares desconocidos, por cuanto, ahí termina
la clase dejando al espectador formulándose las siguientes inquisiciones:
¿Dónde los llevan, qué
harán con ellos y, la principal, cuánto tiempo estarán fuera de circulación
antes de volver a robar?