ESTADO PERUANO: ABANDONANDO A SUS HIJOS

 

(Piura, 22 marzo 2022)

 

Luis Gulman Checa

 

Condenable la actitud del Estado al dejar abandonados, desprotegidos y sujetos a sufrir mil penurias a sus hijos minusválidos, es decir, con “defectos de fábrica” impidiéndoles valerse por sí mismos, como son, por confesión de parte, los agricultores del país, conclusión obligada tras leer la portada de “El Tiempo” de la víspera:

 

Agricultores pararán en todo el país por abandono del Estado.

 

Tres millones de productores en todo el país están inconformes con la declaratoria de emergencia decretada por el presidente Castillo.

 

Argumentan que no hay medidas concretas para cada región. Canales de regadío de Piura continúan abandonados.

 

Curiosamente la citada portada nos trajo a la mente el atroz y mortal paso por el gobierno del “Atila” peruano, Juan Velasco Alvarado, por cuanto, sin querer queriendo, resaltó los dos peores crímenes contra el Perú perpetrados por el citado: La Reforme Agraria y la creación del esperpento llamado PetroPerú que significó, desde el primer día de su creación, un antro maldito que no solo nos dejó sin combustibles sino se convirtió en refugio de corruptos y fuente para rapiñar permanentemente el erario.

 

¡Cuán maravillosa sería nuestra condición si, en vez de la existencia de este monstruo, siguiera vigente la IPC!

 

Empecemos peguntándonos cuál es la emergencia que tiene al agro con la soga cuello al extremo que es el Estado, es decir, usted, estimado lector y todos los peruanos que se rompen el lomo y pagan impuestos, quienes deben meterse la mano al bolsillo para salvar a tan abnegados y sufridos trabajadores de la hecatombe/desgracia/calamidad abatida sobre ellos.

 

¿Acaso una gigantesca plaga de langostas recorrió el país de cabo a rabo devorando todo lo que pintaba de verde?

 

Como piurano fui invadido por profunda vergüenza ajena tras leer las declaraciones de quien funge de presidente de la Junta de Usuarios del Alto Piura, pues, de acuerdo a ellas no lidera un grupo de personas emprendedoras y de acción sino una recua de mendigos con la mano tendida esperando que sea el estado quien corra con los gastos que, antaño, antes de la maldita Reforma Agraria y consecuente destrucción del Aparato Productivo Agrario, corría por cuenta y riesgo de los auténticos agricultores de ese entonces.

 

Demostrando la falsedad del Estado de Emergencia, están las varias y excelentes plantaciones de cultivos de exportación que existen repartidas no solo por nuestro departamento sino también en diversas zonas del país.

 

Resumiendo:

 

La real emergencia es la desgracia implícita en la gran cantidad de áreas agrícolas de primera calidad que, en vez de estar en manos de personas capaces y calificadas, continúan a cargo de personas no aptas,  a consecuencia, reitero, de la citada maldición que nos trajo Velasco Alvarado.