SUEÑOS DE OPIO

 

(Piura, 16 marzo 2022)

 

Luis Gulman Checa

 

Los míos, pues, habiendo tenido una plácida noche soñando que quien funge de presidente de la República (designio de Satanás) había expresado en el Congreso su decisión de retirarse tras sincero examen de consciencia haciéndole ver su absoluta incapacidad para ostentar semejante cargo; despierto constatando que la realidad tiró mis sueños por el desagüe por cuanto el citado, cambiando de postura tan igual como ya había abandonado el esperpéntico y huachafo sombrero, se tiró a los pies del Congreso (desastroso m/m en un 95%) abriéndole los brazos y ofreciendo trabajar en paz y armonía, brazo a brazo y codo a codo, en beneficio del pueblo peruano.

 

Sin embargo, analizando nuestra espantosa realidad e imaginando que el susodicho sí se hubiera apartado del cargo. Acaso, de acuerdo a la maldita (para el Perú) democracia, ¿ello no hubiera significado cambiar mocos por babas?

 

Con franqueza no logro entender cómo es posible que estando perfectamente claro que la elección de Pedro Castillo como presidente de la República equivalió a una desgracia/crimen/hecatombe para el Perú y los peruanos, en especial los más necesitados -  evidentemente lo favorecieron con sus votos – quienes ahora lloran y se lamentan por la incontenible subida de  precios de alimentos y bienes de primera necesidad;  los llamados líderes de opinión, en vez de reconocer tan clara realidad, se pierden en discursos superfluos y cobardes por esconder la verdad. ¿Cuál es?

 

Que la elección de Pedro Castillo equivalió a que el Perú fuera afectado por una gangrena nauseabunda y, en consecuencia, cuanto más tiempo transcurra sin amputar la parte afectada, la misma se irá extendiendo infectando todo el país.

 

Por si no hubiera quedado claro, mi opinión es que la gangrena está representada por la persona de Pedro Castillo, ergo, simple y llanamente, es imprescindible AMPUTARLO, entendiéndose ello por echarlo, en el término de la distancia, de Palacio de Gobierno.

 

Me vienen a la mente mis épocas escolares cuando llevábamos el curso de Instrucción Pre Militar e Historia del Perú sintiéndonos henchidos de orgullo cuando revivíamos  las gestas de nuestros héroes que ofrendaron su vida en defensa de la patria y, con franqueza, en la crítica hora actual no dejo de preguntarme cómo es posible que no haya ni un solo émulo de aquellos hombres formidables que dejaron todo de lado, incluidas sus propias familias, poniendo por delante la defensa de la patria.

 

Finalmente y por si alguien no lo tuviera claro, el Perú de hogaño está más asolado que el asaltado por los chilenos, por cuanto, mientras ello significó perder territorio, en la hora actual estamos en peligro de volatilizarnos como país.