¿C A T Á S T R O F E?
(Piura, 30 mayo 2022)
Luis Gulman Checa
Catástrofe, según la RAE:
“Suceso desdichado en el que se produce gran destrucción y
muchas desgracias con grave alteración del desarrollo normal de las cosas”
¿Alguien, en su sano juicio, se atrevería a
afirmar que el desborde del río el
verano del 2017 originó una catástrofe en Piura o, por lo contrario, solo
generó algunos inconvenientes aislados?
Por ejemplo, en el caso del suscrito, como moro
en una casa antigua cuyo terreno va de la calle Lima al Malecón Eguiguren (con
el consiguiente desnivel), y mi oficina se ubica cerca al Malecón, se colmó de
agua y, entre otros bienes, la computadora se echó a perder. Ergo, sí afronté
un inconveniente. Sin embargo, ¿puede calificarse como catástrofe la pérdida de
tal adminículo?
El calificativo estuviera bien empleado si el
inmueble hubiera sido disuelto por las aguas y, tras la tormenta, en vez de
continuar lozano y más firme que antes
del suceso gracias a las mejoras que se le practicaron, solo apareciera un
terreno baldío colmado de montañas de barro, antiquísimos palos de algarrobo,
calaminas, rejas y cuanta porquería pueda imaginarse.
¿Qué bicho me picó?
Simplemente me hartó que los medios siguieran
con la maldita cantaleta de agigantar lo que fue un traspié debido a varias
barbaridades/incompetencias de ciertas ¿autoridades?, victimizando a los
piuranos pintándonos como meros pedigüeños clamando ayuda/socorro al Gobierno,
cuando, en realidad, NO PASÓ NADA DEL OTRO MUNDO.
Otra falacia que también manejan los medios,
equivalente a mezclar papas con camotes, es meter en el mismo saco el llamado
“Manejo Integral del Río” con el drenaje pluvial de la ciudad, pues, mientras
el primero suena racional al tratarse de enfrentar un fenómeno natural, el
segundo es consecuencia de la estupidez de tantas personas que no tuvieron
reparo en instala desarrollos de vivienda en las llamadas “cuencas ciegas”,
eufemismo para denominar depresiones en el terreno tal y como si fueran lagunas
sin agua. Así, entonces, cuando llueve, como sucede esporádicamente, viviendas
y arterias quedan inundadas.
Para aquilatar el irracional uso del adjetivo
para el inconveniente sucedido el 2017 en Piura, “El Tiempo”, edición de la
fecha, informa de un aciago hecho acaecido en el estado de Pernambuco, Brasil.
Veamos:
Temporada de lluvias
castiga con fuerza a Brasil: al menos, 56 muertos e incontables desaparecidos.
Más de 4,000 personas se vieron obligadas a dejar sus
hogares. Las víctimas mortales van en
aumento.
La mayoría de las víctimas falleció durante el
deslizamiento de tierra ocurrido en la región metropolitana de Recife.
Por ningún lado de la información aparece el
término CATÁSTROFE.