¿S E Q U Í A?
(Piura, 28 mayo 2022)
Luis Gulman Checa
Como es sabido, deviene en nocivo criar a los
hijos en la abundancia, es decir, colmándolos de bienes y placeres acostumbrándolos
a disponer de todo lo que se les antoje tan solo con abrir la boca. La
reflexión viene a cuento a raíz de que los piuranos, azuzados por los medios,
vienen, cual plañideras, llorando y quejándose por la ATROZ SEQUÍA que nos
azota poniendo en peligro no solo la vida de las personas en riesgo de morir
por inanición, sino también la permanencia del ganado ad portas de perecer de sed y hambre.
Lo que viene sucediendo es consecuencia directa
de la MALDITA Y MALHADADA REFORMA AGRARIA, pues, antes de la irrupción del “Atila”
JVA, cuando Piura no había recibido de parte del Estado los formidables dones
representados por la Colonización San Lorenzo y el Sistema Chira Piura, como era sabido que el clima era variable y
el agua no estaba asegurada; agricultura y ganadería se conducían racional,
precavida e inteligentemente, es decir, todo lo contrario a las bestialidades
desatadas desde años atrás desperdiciando y mal utilizando la valiosa AGUA
REGULADA que brindaron las obras señaladas.
¿Un ejemplo claro de
cómo los piuranos fueron pésimamente criados?
La criminal omisión
perpetrada por las autoridades competentes en el valle del Bajo Piura.
Recordemos que esa zona dependía para regar, exclusivamente,
de las descargas del río Piura, el que bien merece calificarse como quebrada,
es decir, discurre esporádicamente. Así, entonces, los agricultores, además de
misas y rogativas para que el río BAJARA, tenían listos los equipos de bombeo
para aprovechar hasta la última gota que se apareciera para machacar y sembrar
sin saber si dispondrían de agua para los pases subsiguientes. Es decir, la
agricultura en el valle equivalía a la moderna Tinka. Era un albur.
Sin embargo, gracias al padre querendón pero a
la vez estúpido, el Estado, los agricultores del valle, de buenas a primeras, se
encontraron con que no solo disponían de agua permanente y asegurada (al diablo
con las rogativas) sino que no requerían equipos de bombeo pudiendo regar por
gravedad, gracias a formidables y costosas obras de infraestructura de riego y
drenaje que requerían mantenimiento permanente.
¿Qué tarifa, precio o
condiciones de uso estableció el Estado para que fueran asumidas por los
beneficiarios?
Nada de nada, habiéndose seguido el mismo
maldita camino en todos los valles (al Chira también se le garantizó el
suministro y se eliminaron las bombas). Tal es la razón del desperdicio y los
llantos de hogaño con reservorios llenos.