PODER JUDICIAL: PEOR QUE PEDRO CASTILLO

 

(Piura, 16 mayo 2022)

 

Luis Gulman Checa

 

Abominable la decisión del juez del Cuarto Juzgado Civil de la Corte de Justicia de Piura declarando fundada la demanda del proceso de amparo interpuesta por el Ministerio de Cultura (ni come ni deja comer)  contra la MPP y la empresa Yaksetig Guerrero S.A., por la grave afectación al derecho a la defensa del patrimonio cultural mediante la realización de los trabajos de rehabilitación de pistas y veredas ejecutadas dentro de la “ZONA MONUMENTAL DE PIIURA”.

 

Empecemos por el final precisando que es irracional/ilógico/estúpido hablar de la citada zona, por cuanto, si bien décadas atrás era cierto que albergaba varios inmuebles que merecían respeto, hogaño, con todas las desgracias que asolaron nuestra ciudad, empezando por la MALDITA REFORMA AGRARIA, deviene en ridículo hablar de tal zona cuando quedan muy pocos inmuebles que merecen algún respeto, por cuanto, la gran mayoría, desaparecieron canibalizados por algunos de sus  propietarios o al quedar abandonados, con el paso de los años, figuradamente, piden a gritos ser demolidos.

 

Opino con conocimiento de causa por cuanto moro en un inmueble recontra viejo y, supongo, también debe haber sido declarado monumento histórico y, la calificada como empresa  destructora por el referido juez (a instancias del Ministerio de Cultura) ya realizó las citadas rehabilitaciones en la cuadra donde se ubica el inmueble. ¿Cómo fue afectado el mismo por los trabajos DESTRUCTIVOS de la empresa? Para decirlo poéticamente, no mostró signo alguno de deterioro, al extremo de poder afirmarse que el roce del pétalo de una rosa le hubiera causado más daño que los trabajos de la empresa destructora.

 

El responsable del Ministerio de Cultura en nuestra ciudad (¿será piurano?) en lugar de oponerse a los trabajos en marcha, cuyo principal objetivo es preservar la vida y la salud de quienes transitan por las veredas de la ciudad, muchas convertidas en trampas mortales por los huecos y desniveles que muestran (mostraban), debiera poner en la balanza qué pesa más: la vida de las personas o la ridiculez de calificar como monumentos inmuebles podridos, abandonados y a punto de colapsar. Además, si realmente estaría metido de pico y patas en el cumplimiento de su deber, en vez de plantear demandas irracionales debiera abocarse a dedicar todos sus esfuerzos a poner en valor el local del antiguo Colegio San Miguel.

 

Felizmente, aún hay esperanza por cuanto la justicia tiene varios escalones y la infame resolución comentada fue vomitada por el primero de ellos. Confiemos que la inmediata y obvia apelación suba pase de inmediato al escalón superior donde, no lo dudemos, será revocada.