AL FIN UN SOLPLO DE ESPERANZA
(Piura, 07 junio 2022)
Luis Gulman Checa
Me refiero a la
declaración de la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva:
“Las FF AA están con el
parlamento y el presidente de la República, Pedro Castillo, no tiene cómo defenderse”
Para quienes, como el suscrito, están
convencidos que la única solución para que el Perú no termine siendo un clon de
Cuba o Venezuela, es la aparición en la escena de un militar que merezca el
calificativo de “Pinochet” peruano; tal declaración ha sido sumamente
esperanzadora al equivaler a un leve rayo de luz en el horizonte frente a la
atroz oscuridad abatida sobre el país tras la incalificable elección de Pedro
Castillo, quien, para colmo, además de su evidente ineptitud y corrupción,
resultó ser títere de Vladimir Cerrón.
¡Dios o un militar
digno, nos amparen!
Recordemos que los vecinos del sur, tras la elección
de Salvador Allende, soportaron tres años a tal real traidor a su patria (se
había convertido en virtual peón de Fidel Castro) antes de la respetable y
patriótica acción liderada por Augusto Pinochet quien, si queremos ser justos,
libró su país del desastre absoluto encaminándolo por la senda del progreso
frenando el descomunal éxodo de sus compatriotas, virtualmente, con lo que
tenían puesto.
Para quienes, estúpida e irracionalmente, desautorizan cualquier acción de las Fuerzas Armadas con el argumento que no
son deliberantes, les hago recordar que el Perú viene siendo asolado
por un ejército de traidores y ladrones, fatalmente, nacidos en nuestra patria,
quienes, demostrando una vez más que la democracia en el Perú es de imposible aplicación,
llegaron a esa posición por la decisión mayoritaria del pueblo vía elecciones.
¡Vergüenza para el Perú!
Recapacitemos respecto a la absoluta estupidez
de proponer, por ejemplo, que el presidente recorte su mandato convocando a
elecciones anticipadas. ¡Cuán torpe se requiere ser para proponer tal
aberración cuando el actual impresentable ocupando Palacio de Gobierno llegó
ahí por tal vía!
Con franqueza, la única opción que vislumbro
para que el Perú deje de ser una nación de opereta y tome el camino del
progreso y desarrollo beneficiando a toda la población, es la aparición de un
Salvador, es decir, un Mesías peruano.
¡A LAS CUCARACHAS SE LES CHANCA SIN DUDAR!